Cartas al director
Sánchez, al que aplauden talibanes y terroristas
Tenemos la triste suerte de sufrir un presidente que carece del menor pudor e interés por el pueblo español y solamente le importa inventar crisis diplomáticas con otros países y arrodillarse ante quienes odian España, sean terroristas, populistas bolivarianos de la ultraizquierda, independentistas, etc.
Bien claro lo tuvimos cuando nuestro inútil ministro de Transportes se permitió el lujo de insultar al presidente de un país hermano y Sánchez lo asumió como propio sin la menor consecuencia. También lo tuvimos claro cuando sin la menor explicación y (aparentemente) sin venir a cuento, hizo entrega honorífica del Sahara al Reino de Marruecos; no explicó nunca si fue un gesto derivado de su gran generosidad contra los deseos del pueblo español o tuvieron algo que ver las sospechosas «malas artes» de su querida esposa Begoña.
Es muy significativo el pronunciamiento de Sánchez contra las 1.400 víctimas mortales israelíes asesinadas por Hamás; claro, ello llevó a los terroristas a aplaudir la condena de nuestro presidente a esas víctimas.
Así podemos ver como está el suelo español –y no precisamente por las lluvias–: completamente embarrado, naturalmente por el comportamiento del socialismo (o mejor dicho, del sanchismo), cuando el «coro» ministerial sale en sintonía a ofender a los que no «comulgamos» con sus farsas. Pero ya la mayoría de españoles sabemos que las sinfonías de ese «coro» del Ejecutivo es como un boomerang; sus constantes insultos vuelven indefectiblemente a ellos.