Cartas al director
Justicia para pobres
Si el azar es el destino de los pobres ( Sergi Pamies) los tribunales son la justicia de los mismos, los de siempre. Estos días están siendo absueltos un buen montón de gente de posibles, de esos a los que la Justicia a veces señala y hasta apunta pero nunca dispara. Sin entrar aquí en el fondo de los asuntos, los delitos cometidos en y por la independencia de Cataluña van caminando hacia su carpetazo y desaparición. El caso de los ERE también se va difuminando y aparecen limpios sus protagonistas después de diez años en el fondo de reptiles y repartiendo dinero del fondo... Aquellos papeles de Panamá en los que llegaron a aparecer unos setenta imputados de cargo y renombre, también se han quedado en nada una década después por esas cosas de fallos en la cadena de custodia que nunca le pasan al que manga un fuet en el hiper.
Hasta Assange, siempre con la cadena perpetua colgada al cuello, ha llegado a un acuerdo que le devuelve su libertad mientras en tantos países periodistas callejeros pierden su rastro sin levantar ni sospechas. Demasiados casos terminan por errores procesales, siempre en macrocausas, con abogados especialistas en dilatar hasta la absolución por extenuación. Y a los nindundis nunca los defiende la Fiscalía con la entrega con que lo hace con Mónica Oltra o con la esposa de Pedro Sánchez. Por esto es también peligroso que unos jueces sean tuyos y otros míos, aunque sea por mitades. Todos tenemos derecho a un juez imparcial y los poderosos también, aunque no les venga bien.