Cartas al director
La entrada y la huida
Avisó Puigdemont que vendría España el 8 de agosto para estar presente en el pleno de investidura de Salvador Illa y cumplió parte de su aviso. Se presentó ese día, dio un discurso de ocho minutos en un escenario puesto por el Ayuntamiento de Barcelona y se marchó, así, sin más. Aquí todo el mundo se rasga las vestiduras por la inacción de las Fuerzas de Seguridad , principalmente mossos y guardia urbana, además de Policía y Guardia Civil, pero a nadie le he visto exigir responsabilidades sobre la inacción del ministro del Interior y las Fuerzas de Seguridad que dirige en la entrada de Puigdemont a España, que es mi opinión mucho más grave que la huida.
La responsabilidad está claramente en el Gobierno con su presidente al frente por permitirlo ¿Cómo puede ser que un fugado de la Justicia con orden judicial de detención avise del día y hora que va estar en Barcelona, dé un discurso a cien metros del Palacio de Justicia y se le permita huir? Porque no hay excusa que se sostenga, ni el rollo de los mossos (Policía patriótica) de que quién iba a pensar en su huida, ni por Interior el rollo de la dificultad en la frontera por el espacio Schengen, ambas son excusas de mal pagador.