Cartas al director
Una salud mental en declive
Estrés, ansiedad, depresión, insomnio… La salud mental es tan importante como la física y ambas están siendo descuidadas por nuestros jóvenes.
Con el nuevo milenio detectamos que nuestros adolescentes descartaban el deporte por los videojuegos, pues estos le requerían menos esfuerzos y les resultaban más placenteros. Luego aparecerían los smartphones y la sucesiva adición creciente a las redes sociales que desde Facebook fueron apareciendo como Instagram, X (Twitter) o TikTok.
Todas las mencionadas nacieron con el objetivo halagüeño de conectar a individuos con intereses parecidos en un mundo cada vez más globalizado. La realidad es que están cambiando patrones de comportamientos, formas de relacionarse y mostrarse ante los demás.
Han conformado un mundo virtual que genera unas horas de uso descomunales que afectan al desarrollo normal y sano de nuestros púberes. La falta de atención, la motivación y el interés por alguna parcela del conocimiento son ya una utopía entre estos.
Se han vuelto unos autómatas que utilizan las redes sociales para autodestruirse sin ser conscientes de ello. Los adultos, también en muchos casos adictos ya, reconocen que no pueden controlar los contenidos a los que acceden sus hijos, ni saben el uso que hacen de los mismos, pero no dudan en facilitarles la adquisición de móviles a tempranas edades.
Igual que si dejásemos a un bebé manipulando una mina antipersonal, las posibilidades de salir indemne tras su uso son escasísimas.