Cartas al director
El monstruo que ellos han creado
Íñigo Errejón es el típico señor que no se ha comido un rosco en su vida, —seguramente era el que ponía los discos en los guateques— y que con el paso del tiempo escala en el mundo de la política y se convierte en una persona influyente. De pronto aparece una chica con aspiraciones artísticas, bellísima, por cierto, que legítimamente dispuesta a encumbrarse en el mundo del 'artisteo', se deja querer por un individuo con bagaje negativo en las cuestiones del amor, hasta que descubre su irrefrenable sed de sexo, llamémosle... inadecuado.
Y no rasquemos más, este tío no es más que un siniestro 'zurdo', como diría Miley, con utópicas aspiraciones de ligón con tendencias masocas. Todos sabemos que esto es lo que hay y que los políticos no tienen derecho a la vida privada. El verdadero problema al que se enfrenta Íñigo es que el propio monstruo que ellos han creado, les ha devorado a él y a todos sus compinches.