Cartas al director
Ojalás
¿Por qué no pedir peras al olmo? Porque las leyes de la naturaleza se cumplen inexorablemente, sin atajos ni extravíos... pero por pedir que no quede: ¿no hacen eso tantas y más figuras de la política española y, aunque retorcido y absurdo, ahí están?
Ojalá el 'caso Errejón' sirva para implosionar no sólo a unos grupúsculos ideológicos de quita y pon, electoral y arteramente centrados casi en su totalidad en las defensas de las minorías –aunque el 50% de la población son mujeres–, que tanto motiva a las edades adolescentes y juveniles, sino a esos otros grupos políticos mayores en los que el parapeto de las 'sombrillas mayoritarias' ante chubascos recurrentes, parecidos o semejantes al de el defenestrado Errejón, tuviesen el don de diluir cualquier rastro de aguacero; ojalá la conciencia social despierte y aprenda que cualquier 'cantamañanas', aupado –sobre todo– por las redes sociales, una vez en el 'ajo', puede salir anuro.
Puestos a desear, ojalá la naturaleza se olvidase de devastaciones y muertes... Pero nadie espera que de los olmos broten peras. Y de lo otro, menos que menos.