Cartas al director
Sánchez y la democracia de garaje
La Infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarin, no entraban a los juzgados por el garaje. Respetaban a los periodistas, a los que saludaban y atendían con respeto. Todo el mundo sabe que la Infanta Cristina recibió igual trato que cualquier ciudadano, sin dar lugar a que nadie pudiese poner en duda la igualdad ante la ley.
Pues bien, Sánchez ha instaurado la «democracia de garaje». Una democracia de garaje según la cual los familiares del presidente del Gobierno solo entrarán en los juzgados por los garajes.
Por cierto, el presidente del Gobierno no debería tolerar que su vicepresidenta del Gobierno le falte al respeto. No da buena imagen que la vicepresidenta del Gobierno no se acerque a saludar al presidente del Gobierno en un acto. Tampoco está bien que los ministros de Sánchez se traten mal entre ellos. Ser ministro es una alta responsabilidad, por mucho que el exministro Ábalos le haya dicho al Tribunal Supremo que su firma era protocolaria.