Cartas al director
La sombra de la guerra
Han pasado tres años desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania. Me es inevitable pensar en la cita de Erich Hartmann en la que resume uno de los denominadores comunes de cualquier conflicto bélico: «La guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero que no se matan». Han corrido ríos de tinta acerca de la guerra, de los líderes políticos, de la geopolítica etc., no obstante, pocas veces nos acordamos (o por lo menos no lo suficiente) de la gente de a pie. Quienes sufren la muerte y la destrucción a consecuencia de la guerra, quienes se han visto obligados a huir de su país para proteger sus vidas, quienes son tratados injustamente y sin compasión… Son las personas quienes deberían estar primero, antes que cualquier estrategia o plan.
Mi percepción es que se habla de Trump, Putin, Zelenski y de la Unión Europea, pero ¿y la sociedad civil? Siempre son los hombres y las mujeres normales y corrientes los que pierden y sufren la guerra con todas sus consecuencias. Ojalá más pronto que tarde imperen la humanidad, la dignidad y la armonía; que los dirigentes de las naciones se empeñen sinceramente y con la mayor celeridad en un proceso de paz justo y duradero sería un buen paso para empezar a dejar atrás este oscuro capítulo en el que, todavía, a día de hoy, tantos civiles siguen padeciendo.