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En Primera LíneaMariano Gomá

Cataluña. Un gesto inicial

El 23-J puede ser determinante para que muchos acuerdos locales se ratifiquen o simplemente salten por los aires

Actualizada 01:30

Siempre he defendido quizás un poco ingenuamente que hoy por hoy Cataluña está perdida y que solo empezará a reaccionar cuando su cobarde burguesía y agentes económicos reparen en que se han convertido en una reserva india, territorio peligroso y pavorosamente comanche mientras los brujos y gurús indepes bailan sardanas alrededor del fuego. Solo entonces entenderán su propia soledad y esos agentes burgueses, ese día, estallarán con sus vítores y banderitas como buenos españoles.

Es decir, queridos lectores, cuando les toquen el bolsillo y sus dineritos veremos sus caras. Total. La escopeta nacional.

Ante esa teoría mucha gente tuerce el labio de forma incrédula, pero es bien cierto que el pasado 28-M, Cataluña de forma tímida, silenciosa y silenciada ha emprendido el camino del giro hacia la senda de la normalidad. Veamos:

Para empezar las ciudades de Tarragona y Lérida, declaradamente indepes, van a estar gobernadas por el PSC que aun manteniendo un pie en cada lado del charco, no colgará estúpidos carteles sobre presos, fugados y falsas libertades de un pueblo oprimido. En muchos pueblos también, y eso ya es un paso, cuando nos dejemos de esteladas en centros oficiales, rotondas, puentes y farolas ventilaremos muchas pestilencias.

Esquerra Republicana de Cataluña se ha llevado una colleja mayúscula en todos sus frentes, el independentismo conservador de falsa y esmerada caligrafía le ha pasado la mano por la cara a Junqueras, Aragonés y demás palmeros, los comunes y la Colau fuera del podio y de la cancha de juego, la CUP en harapos y sandalias, y finalmente el constitucionalismo llenando las estancias del frenopático.

Y Barcelona, ¿la joya de la corona? Hemos asistido a un espectáculo lamentable en donde en el Salón noble del Ayuntamiento, la Sra. Colau, por llamarle alguna cosa, ha vomitado toda su rabia y veneno, no solo por saber que está fuera, sino insultando a la democracia en forma de un partido como Vox, que legalmente ha asumido una representación en el consistorio. ¿Alguien de bien no se escandaliza oyendo en una sala plenaria democrática manifestar que negará la mano, la palabra y la estancia a personas que han sido votadas igual que ella y su aborto de partido? Yo personalmente nunca había oído un discurso público semejante y mis únicas referencias de odio vienen del Reich y después en Nuremberg.

Y ese personaje que dijo eso ha sido la alcaldesa de Barcelona mi ciudad. A la calle sin miramientos.

Ilustración: bandera catalana independencia

Paula Andrade

El agrio y esclarecedor discurso del Sr. Trias es una muestra del deterioro cerebral de un supremacista venido a la nada a quien se le había vuelto a prometer el cielo y se encontró que ni el tiempo ni el cielo eran suyos. Insultar al pueblo democrático con un «Els bombín» es la máxima representación de un amargado perdedor de su propia vida por deterioro del alma y agónico corazón.

Pero volvamos a lo que sí me parece ya un gesto inicial a tener en cuenta por haber dejado de vivir ya con nuestro pan estelado de cada día, pancartas, declaraciones y lloriqueos sobre un sol poble, llibertat, en catalá sempre o fora colons de la nostra terra, esperemos que poco a poco se vaya convirtiendo en una triste historia. A todo ello si le añadimos que se acabó la monserga de els països catalans, la Catalunya Nord y otros sueños en donde Baleares será Baleares, Valencia es Valencia y el norte es Francia, iremos construyendo la empalizada de la reserva india cada vez más estrecha.

Pero el problema está en el constitucionalismo catalán. El Partido popular ha mejorado ligeramente, Vox lo ha hecho de forma espectacular dentro de sus porcentajes, hemos enterrado a ciudadanos y el experimento gaseoso de Valents ha sido un aborto que no ha llegado ni a nacer. ¿Es que alguien se esperaba que la trapecista Sra. Parera que se arrimó a Valls y al Ayuntamiento de Barcelona y lo colgó menos su sillón, después a Alejandro Fernández en el Parlament y también lo colgó menos su otro sillón, montando al mismo tiempo otro partido, pudiera concluir en algo positivo y creíble? Valents ha servido para llevar al cadalso a algunas buenas y muy válidas personas que la han acompañado en el paseíllo.

Total, una verdadera lástima, sin embargo ahora hay que mirar al futuro, pero no al 23-J en que el pescado está vendido en nuestra tierra catalana y pocas sorpresas se esperan que zarandeen seriamente el escenario confiando tan solo en quienes serán las cabezas de cartel y cómo van a ser los resultados para descabalgar al Sr. Sánchez. Todos esos valientes van a preparar el nuevo escenario.

Las elecciones del 23-J pueden alterar el estado de los acuerdos y consensos que hoy pueden servir para seguir construyendo nuestro país en libertad y pacífica convivencia, pero el 23-J puede ser determinante para que muchos acuerdos locales se ratifiquen o simplemente salten por los aires. Explosiones para volver a la realidad que simplemente será el reflejo de lo que el pueblo ha votado. Veremos.

Ahora Cataluña y los catalanes tenemos el verdadero horizonte en las elecciones autonómicas al Parlament pues será en ese momento en el que tomaremos el pulso a la actual Cataluña, su encaje con el resto del territorio nacional y las verdaderas posibilidades de un rumbo normal sin delirios secesionistas, adoctrinamiento en las escuelas y venenos varios como TV3, Omnium Cultural, Waterloo y Puchimocho, Agrolimen y Mediapro. El ejemplo de Barcelona y otros lugares catalanes nos darán el diagnóstico de si vamos por buen camino en el cambio o tenemos que ponernos en manos de los psiquiatras de la convivencia y la humildad en el respeto.

Pero para ese cambio el constitucionalismo catalán debe tener un proyecto y una estrategia cuyo secreto está en la generosidad y valentía, sin vetos ni protagonismos en efímeros estrellatos. Me consta sin duda que mi teoría es alocada y a los dirigentes implicados se les ponen los pelos como escarpias, pero créanme, es la única solución.

¿Por qué no encontrar una figura independiente, prestigiosa con la que todos se puedan entender y sea capaz de entenderse con todas las sensibilidades para con un consenso de futuro presentar una candidatura conjunta ganadora?

El mundo siempre ha dado pasos adelante en progreso a base de aventuras, locuras, sueños y firmes voluntades.

Pues eso.

  • Mariano Gomá es presidente de Foro España Cívica
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