Rusia y China, los dos sueños del Papa Francisco en su 85 cumpleaños

El Papa Francisco cumple este viernes, 17 de diciembre, 85 años, la edad a la que se retiró su predecesor en el cargo, Benedicto XVI. De momento sigue adelante con su agenda, con dos sueños que espera que se hagan realidad antes de finalizar su pontificado: los viajes a Rusia y China.

Tres días después del aniversario de su nacimiento, el lunes, 20 de diciembre, tendrá lugar un importante encuentro en el Vaticano. El representante de Asuntos Exteriores de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Hilarion di Volokolamsk, se verá con el Papa Francisco para hablar de «un posible encuentro con el patriarca Kirill», cabeza de su Iglesia. Hay que recordar que ambos líderes mantuvieron una reunión en Cuba, en el año 2016, durante un viaje de Francisco por Iberoamérica.

La novedad de este nuevo encuentro, del que todavía no se ha concretado fecha ni lugar, es que podría tener lugar en Rusia, un país al que nunca ha viajado ningún pontífice. Otra posibilidad, aunque se considera más remota, es que el patriarca ortodoxo viajara al Vaticano.

El diálogo ecuménico es una prioridad del Papa Francisco y ha sido uno de los objetivos del reciente viaje a Chipre y Grecia. De hecho, en el avión de regreso a Roma, comentó su total disponibilidad para el encuentro con Kirill y para viajar a Moscú, ya que «para dialogar con un hermano no hacen falta protocolos. Y yo, con el hermano ortodoxo, nos decimos las cosas a la cara».

Como trasfondo del interés del viaje del Papa a Rusia está la tensión con Ucrania. El Papa ha insistido en numerosas ocasiones en cómo los líderes religiosos pueden contribuir eficazmente a la paz. En la medida en que se fomente la unidad entre los cristianos será más fácil evitar los malentendidos y prejuicios que animan los conflictos.

También hay vientos de guerra en Asia, con un tono amenazante de China a Taiwan. Por eso, el Papa considera importante la relación con este país y espera poder visitarlo. En su entrevista con la Cope, en el pasado mes de septiembre, el Papa Francisco aseguró que «la cuestión de China no es fácil, pero estoy convencido de que se debe dialogar. Te pueden engañar en el diálogo, puedes equivocarte, pero el camino es éste. Cerrarse nunca es el camino».

Santa Sede y China

El hecho es que en 2020 el Vaticano renovó por dos años el acuerdo con el gigante asiático. De esta forma, a lo largo del próximo año se intentará mejorar ese compromiso. Hay que recordar que durante más de medio siglo no ha habido relaciones oficiales entre los dos Estados. El último nuncio apostólico en China, monseñor Riberi, fue expulsado por Mao en septiembre de 1951. Desde entonces, el representante del Vaticano reside en Taipei (Taiwan), un enclave que ahora se siente amenazado.

Frente a quienes han criticado las relaciones entre el Vaticano y China, como el obispo emérito de Hong Kong, cardenal Zen, el secretario de Estado del Vaticano ha destacado el lado positivo. A su juicio, «gracias al acuerdo todos los obispos están en comunión con Roma. Ya no hay obispos ilegítimos».

Para el Papa Francisco es un sueño visitar el país asiático y tratar de alcanzar acuerdos que favorezcan la vida ordinaria de la comunidad católica en el país. La diplomacia vaticana trabaja desde hace años para hacer realidad un encuentro que contribuya a un mejor entendimiento y que ayude también a evitar cualquier conflicto armado en la zona.

En esta línea de acercamiento con China, el Papa Francisco siempre recomienda «un documento fundamental para resolver el problema de ese país, como ha sido al carta al Pueblo Chino del Papa Benedicto XVI. Una carta que se hace muy actual hoy día. Es bueno releerla porque la Santa Sede siempre está abierta a las relaciones, porque tiene un gran respeto por el pueblo chino».