«Escucha, conversión y comunión»: el cardenal Grech y las pautas del camino sinodal
El pasado octubre el Papa Francisco inauguraba el proceso de sinodalidad de la Iglesia bajo el lema `Comunión, participación y misión´ cuyo objetivo es escuchar lo que el Espíritu dice a la Iglesia
«Estamos llamados a la unidad, a la comunión, a la fraternidad que nace de sentirnos abrazados por el amor divino, que es único». Así lo afirmó el Papa Francisco durante la apertura del Sínodo el pasado 9 de octubre. En esa misma ocasión, el Santo Padre explicó que esta sinodalidad indica el camino que recorre junto al pueblo de Dios.
El secretario general del Sínodo de los Obispos, el cardenal Mario Grech, obispo de Gozo (Malta), ha participado en la ponencia sobre la sinodalidad de la Iglesia para la vida contemplativa, organizada por la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) junto con la Conferencia Episcopal Española (CEE), y presentada por Luis Ángel de las Heras, presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada de la CEE. De las Heras ha querido recalcar que quienes se dedican a la contemplación son «testigos y custodios de una realidad fundamental para el camino que el Papa Francisco invita a realizar».
La realidad a través de los ojos de Dios
Por su parte, el cardenal Grech ha querido comenzar ofreciendo algunos datos sobre el éxito que están teniendo las acciones del Sínodo: «Se puede hablar de una verdadera participación de toda la Iglesia». Al comienzo del proceso, en octubre de 2021, se pidió a cada conferencia episcopal que nombrara un representante o un equipo de referencia para el camino de sinodalidad, y según ha expresado el cardenal, lo han cumplido el 97 % de ellas.
La vida contemplativa es, para Grech, memorial para la iglesia en este camino. «No puede existir una iglesia sinodal si no recuperamos la dimensión contemplativa, que tiene que ser de toda la Iglesia y de todos los bautizados», ha afirmado. Esa iglesia ha de ser un pueblo que camina junto, para comunicar la alegría del Evangelio. Mario Grech ha recordado también las palabras del Santo Padre sobre qué es el Sínodo: «es la iglesia que camina en comunión para leer la realidad con los ojos del Evangelio y los ojos de Dios». Ante ello, es necesario que todo bautizado adquiera esta mirada contemplativa.
La fuerza del Espíritu
«El sínodo que estamos celebrando no es sobre el Espíritu Santo, pero indefectiblemente está llamado a ser un llamamiento sobre la fuerza del Espíritu», ha defendido el obispo de Gozo. Es el don del Espíritu lo que, según el Papa Francisco, hará que todos los miembros de la Iglesia desarrollen esa lectura contemplativa de la realidad, ya que en palabras del Santo Padre: «el Sínodo es un espacio protegido en que la iglesia experimenta la acción del Espíritu Santo».
La iglesia sinodal, ha explicado el cardenal Grech, es aquella «que se pone a la escucha de lo que dice el Espíritu a través de la palabra de los pobres de la tierra». No debe confundirse el camino sinodal con un parlamento ni con la búsqueda de la aprobación de la mayoría, ya que entonces se convertiría en algo mundano, alejado del Espíritu.
La comunión de Dios con los hombres
No hay camino sinodal sin discernimiento eclesial comunitario: «Si nos falta el discernimiento, nos convertimos en una barca sin velas, movida por las corrientes marinas, que no aprovecha la fuerza del viento, del espíritu», ha explicado este obispo maltés. Sin la sabiduría que proporciona la capacidad de discernir, «nos convertimos en personas a merced de las tendencias del momento».
Entonces, la misión de la vida contemplativa en la Iglesia es la de subrayar esa visión a través de los ojos de Dios en el ser y el actuar, mediante su oración y su ejemplo. Coincidiendo con lo que adelantaba el presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, el cardenal Grech ha expresado que «el contemplativo es una suerte de memorial para la Iglesia y para el mundo, memorial del misterio de comunión de Dios con los hombres». Son quienes llevan una vida contemplativa la llamada a todos los bautizados para practicar la escucha de la palabra de Dios y del otro. «Escucharnos los unos a los otros en la convicción de que tenemos algo que aprender», ha querido incidir Mario Grech. El camino sinodal, por tanto, no puede dejar pasar la oportunidad para convertirse en esa escucha de la palabra de Dios y del Espíritu.