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El Papa espera una reacción de los jóvenes ante los retos del mundo de hoy

El Papa espera una reacción de los jóvenes ante los retos del mundo de hoyAFP

El Papa Francisco, a los universitarios: «El discurso que mata a los jóvenes el `quédate quietito´»

Durante el encuentro Construyendo Puentes Norte-Sur, el Papa insistió en que «una de las cosas que suicida a una sociedad es que reniegue de sus raíces»

El Papa Francisco se reunió en la tarde de ayer con estudiantes de Estados Unidos y América Latina en el encuentro Construyendo Puentes Norte-Sur. Aunque lo organizaban dos instituciones de renombre como la Universidad Loyola de Chicago y la Pontificia Comisión para América Latina, el Papa quiso mantenerlo lo más informal posible y compartió una videollamada con los asistentes. «Para dar sermones yo ya terminé», dijo nada más empezar. «Dialogar con ustedes es lo que me va a hacer más bien porque me quita años y me contagia de juventud, que lo necesito porque a estas alturas del partido uno está viejito»,

Durante algo más de dos horas, Francisco charló con estudiantes de varias universidades americanas. Les propuso que exprimieran los años universitarios con la inteligencia de la cabeza, la cordialidad del corazón y el pragmatismo de las manos. «Esa armonía es lo que da madurez a un universitario. Y es propio de los universitarios armar lío», dijo.

Precisamente insistió mucho durante toda la reunión en «hacer lío», un término que repite a menudo durante su pontificado. Con esto se refiere a ser creativos y lanzarse a crear proyectos aunque encuentren resistencias en otra gente. «Un universitario que no es un inquieto, que no arma un poco de lío... le falta la sal y la pimienta», dijo durante el encuentro. Y advirtió a los participantes de una tentación que les harían en los adultos durante la vida. «Uno se puede lavar las manos y decirles «Eres joven, ya aprenderás, ahora quédate quietito...» Ese es el discurso que mata a los estudiantes».

Aunque el Papa llama tanto a la acción, recomienda el uso de una brújula para no perder el norte. «En la Biblia hay una imagen que me gusta mucho, la imagen de la esperanza. Se expresa en el ancla. Tiro el ancla hacia delante, me agarro de la cuerda y voy andando». Según Francisco, todo el mundo tiene un ancla independientemente de sus convicciones religiosas, aunque recomienda ponerla en la vida eterna. Eso sí, advierte de que «si el ancla la tienes guardada no te sirve para nada».

Jóvenes de la Comunidad esperando la llegada del Papa Francisco

Jóvenes de la Comunidad esperando la llegada del Papa FranciscoComunitá Cenacolo

El reto de conservar las raíces

La gran mayoría de los participantes en el encuentro Construyendo Puentes Norte-Sur eran de origen migrante, empezando por el mismo Papa. «Mi padre emigró desde Piamonte a Argentina cuando era un joven de 22 años y allí armó toda su vida», les recordó. Las situaciones dramáticas que acompañan a las migraciones preocupaban a los participantes y Emilce Cuda, recién nombrada secretaria de la Comisión Pontificia para América Latina, habló del tema con contundencia al presentar la charla. «El mundo creado por Dios para todos ya no es para todos. Mercancías, capitales y virus circulan, pero las familias no», comenzó la argentina. «Sin duda, la indiferencia ante el desempleo global que empuja a emigrar es un acto de desamor, es un pecado. Es lo contrario de la felicidad y de la vida digna», añadió.

Ante la pregunta de varios estudiantes sobre cómo conservar las raíces de sus familias en un nuevo país, Francisco les dijo: «Es un acto de justicia que un migrante respete las raíces a la vez que se le integra». Aunque puso condiciones. En primer lugar, como suele reivindicar, el deber del país de acogida de recibirlo, acompañarlo, promoverlo e integrarlo. Y por otro, el de celebrar su diversidad y disfrutar de su nueva aportación a la sociedad. «No podemos hacerle olvidar sus raíces porque en ese caso no se integra y vivirá con la culpa de haber vendido su cultura».

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