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Se ha producido un deslizamiento de los diferentes estratos de la sociedad hacia situaciones de mayor precariedad y exclusión social

La exclusión social en Madrid ha aumentado cuatro puntos con respecto a antes de la pandemiaCáritas

Lo que dice de verdad el informe de Cáritas: ¿hay millón y medio de pobres en Madrid?

Raúl Flores, coordinador de trabajos de Cáritas-Foessa, explica los factores a través de los que se mide la condición de vida de las familias

El último informe de la Fundación Foessa ((Fomento de Estudios Sociales y de la Sociología Aplicada), presentado por Cáritas, ha tenido como objeto de estudio el incremento de la exclusión social en la Comunidad de Madrid desde antes de la pandemia. Sus resultados alertan de que la cohesión social «ha sufrido un shock sin precedentes como consecuencia de la tensión que ha sufrido la actividad económica y el empleo a causa de la irrupción del SARS CoV-2», se puede leer en el informe.

Desde Foessa han confirmado que un millón y medio de personas en la Comunidad de Madrid se encuentran en situación de exclusión social (un 22 %), cinco puntos más que antes de la pandemia, es decir, 370.000 personas más en esta situación. Algo que desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid no ha sido visto con buenos ojos: en la sesión plenaria de este jueves, 17 de marzo, Enrique Ossorio, consejero de Educación, calificó el informe como un «error». Isabel Díaz Ayuso lo defendió y culpó a la izquierda de la pobreza de Madrid, alegando que las clases más vulnerables son víctimas de la «nula» gestión del Gobierno de España.

Alejarse de la integración social

Pero, ¿cuáles son los parámetros que miden esta exclusión? ¿Significa esto que un millón y medio de madrileños se encuentran en la pobreza? La respuesta a estas preguntas las tiene Raúl Flores, coordinador del equipo de estudios de Cáritas Española. De los 37 indicadores que emplean en Foessa para medir la exclusión social y las condiciones de vida de las familias, solo uno de ellos tiene directamente que ver con la pobreza económica, y es la privación material.

«La exclusión social tiene que ver con la participación cívico-política», explica Flores. Por tanto, que un 22 % de los madrileños se encuentren en riesgo de quedar apartados de la sociedad no quiere decir que sean pobres. Aparte de esos 37 indicadores, existen también ocho dimensiones de medida de las condiciones de vida de una persona y su familia: educación, empleo, salud, vivienda, conflicto social, aislamiento y exclusión social. «Estos permiten observar cuál es la posición de cada familia en el espacio social. A través de la acumulación de factores es como los hogares se alejan de la integración social y van quedando apartadas», argumenta el coordinador de trabajos de Cáritas.

Acumulación de indicadores

La soledad no deseada, la dependencia, la inestabilidad laboral grave o los malos tratos físicos o psicológicos son algunos de estos casi 40 indicadores de condición de vida. Como afirma Flores: «La exclusión social es multidimensional y acumulativa»; es decir, con vivir uno de estos condicionantes no es suficiente. «En Madrid, sumando todos los indicadores, hay un millón y medio de personas en exclusión social general. Si se trocea este dato, vemos que hay 800.000 familias que viven en exclusión grave y 275.000 que directamente están expulsadas», analiza el coautor del informe Foessa.

«Cuando se piensa en situación de pobreza, lo primero que viene a la cabeza son las personas sin hogar», analiza Flores. Sin embargo, la inmensa mayoría de la pobre es invisible. «Hay personas que, aunque trabajan, no llegan a fin de mes; o que después de pasar todo el día buscando trabajo, cuando llegan a casa no pueden ni encender la calefacción; o que tienen una humedad en el cuarto de sus hijos al lado de la cama a la que está saliendo moho –explica el coordinador de trabajos–. Lo que no es pobreza, sino que es exclusión social, es más invisible todavía».

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