Día Mundial del Clima
¿Qué hacen los jóvenes católicos por el Clima?
Comprometidos con la economía circular, la ecología integral y el cuidado de la casa común para hacer del mundo un lugar más habitable y justo. Este es el trabajo que hacen Lina Díaz y Giselle Bagueira
El 24 de mayo 2015 el Papa Francisco revolucionó la Iglesia con su encíclica Laudato Si´. Fue un punto de encuentro entre los más reaccionarios en el sector de la Iglesia y los más anticlericales fuera de los muros del catolicismo por considerar como un marco erróneo dentro del magisterio papal el hecho de discernir sobre el Mundo, sobre la justicia social, sobre el empleo digno o sobre los abusos de un modelo económico que desde su implementación en las democracias occidentales ha ido concatenando periodos de prosperidad con crisis abusivas que alimentan el consumismo, el individualismo y el egoísmo descentralizado. Pero Francisco, tal y como dice Massimo Borghesi, autor de Jorge Mario Bergoglio: Una biografía intelectual, no da puntada sin hilo y esta exhortación apostólica ha puesto en movimiento a una generación de jóvenes comprometidos con aquello que el Santo Padre vino a denominar como «la casa común».
«Laudato si’, mi’ Signore» – «Alabado seas, mi Señor», cantaba san Francisco de Asís. Así comienza la encíclica donde el Papa continúa: «En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: `Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba´».
No es solamente la «sostenibilidad»
Desde el 14 de marzo hasta el 1 de abril está teniendo lugar el IV Programa de Liderazgo Iberoamericano. Un proyecto organizado por la Fundación Pablo VI, en colaboración con la Junta de Galicia y el Xacobeo 21-22, que junta durante 20 días a 15 jóvenes líderes emergentes de Hispanoamérica. Con formaciones teóricas y prácticas, encontrándose con directivos del ámbito empresarial, personalidades políticas como Ángel Gabilondo, Patxi López o Ana Pastor, y de los sectores culturales, sociales, del ámbito de la comunicación del pensamiento o de la ciencia, estos alumnos están indagando sobre el rol que tendrá su generación en los años venideros.
En este contexto tenemos la ocasión de hablar con Lina Díaz (colombiana de 32 años) y Giselle Celeste (argentina de 35 años) que desde sus distintas áreas profesionales, están sumando su experiencia y conocimiento para fomentar la economía circular y potenciar una ecología integral.
«Desde el Movimiento Laudato Si´ –donde Lina es una de sus coordinadoras en el Eje Cafetera– queremos que tanto la sociedad civil como la Iglesia conozca lo que supone vivir este proceso de conversión para volver a conectar con la creación», señala esta economista de formación que es además una de las promotoras de la fundación Low Carbon City, una ONG ubicada en Medellín que da formación ambiental con el fin de que las consideraciones del cuidado a la casa común se tenga en cuenta a la hora de hacer leyes y proyectos en su tierra.
Volver a poner en valor las raíces
Licenciada en Ciencias Políticas, Baiguera trabaja en distintos organismos del Gobierno de Argentina. Pone su talento en áreas como la planificación, implementación y evaluación de políticas públicas, fomentando la participación comunitaria. Es, además, coordinadora del Programa de Reciclaje Inclusivo en Fundación Avina, donde desde el año 2013 acompaña a personas en situación de exclusión social –los cartoneros que dejó tras de sí la crisis económica de 2001– en poblaciones desfavorecidas de Buenos Aires creando a través del reciclaje inclusivo puesto de trabajo para personas desfavorecidas.
Aboga por «humanizar y dignificar el trabajo» en todas las áreas. «Queremos conseguir, de manera integral, atender la cuestión ambiental, sabiendo complementarla con los modelos sociales actuales y dándoles, en este proceso de economía circular, la posibilidad de crecer, de desarrollarse, de adquirir cada vez una mayor conciencia sobre lo que somos y el entorno en el que somos». Giselle Baiguera tiene claro que si cumpliendo el trinomio de a mayor «conciencia y responsabilidad», más «posibilidades» de mejorar los modelos productivos, de poder hacer el cambio cada vez más factible.