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El último debate en Puy de Fou de las jornadas del encuentro Jóvenes y Compromiso Cívico

El último debate en Puy de Fou de las jornadas del encuentro Jóvenes y Compromiso CívicoCEFAS

Jóvenes y Compromiso Cívico

Un aviso a «compatriotas desnortados» desde un parque temático francés: ¿Qué pasa con España?

La clausura del primer encuentro Jóvenes y Compromiso Cívico tuvo lugar en el parque Puy de Fou, un espectáculo para los sentidos que necesitó la intervención de una mesa de debate que buscó resolver la tensión de saber qué país vamos a heredar

Desde el cartón piedra de un salón que Rodrigo Díaz de Viva jamás conoció, aderezado con velas que nunca se consumen, sino que se funden, cuatro jóvenes reflexionaron en voz alta, ante un auditorio en penumbra, sobre aquello que León Benavente dejó en su oda al patetismo nacional cuando salió a «buscar gente que le explicara qué pasa en España». "¿Por qué nos corroe la envidia? ¿A santo de qué tanta fiesta? ¿Por qué se intenta evitar todo lo que molesta?».

Moderados por nuestra compañera de El Debate Patricia Sanz y por el periodista de 7NN Gonzalo Altozano, el divulgador Javier Rubio, el columnista Julio Llorente, el historiador Jorge Álvarez Palomino y la empresaria y activista Victoria Martínez respondieron, con más o menos orgullo, a la realidad del país que les ha hecho posibles.

Tras una sobremesa alucinada en el parque temático Puy de Fou, en Toledo, que de primero tuvo a un youtuber espadero, de segundo un espectáculo del Zorro al que habían embuchado en una supuesta fantasía etílica de Lope de Vega comprensible hasta para los chinos y con el postre de unos buitres leonados y otras rapaces que nos colocaron en los despojos del siglo IX, los invitados fueron marcando sus posiciones a partir de matices pues en lo mollar, tal vez por la lógica de las propias jornadas, de sus organizadores y de su público, estaban todos de acuerdo. «Yo no me puedo sentir orgulloso de personas que me precedieron 500 años antes», señaló Rubio, fundador del canal Academia Play, no sin antes elogiar la gesta de Cortés en Tenochtitlán. «Más que enorgullecernos de España, debemos admirarla. El hecho de haber nacido en una patria te impulsa a tener que velar por un bien», apuntaba Llorente en respuesta a Rubio en su primera declaración, para terminar diciendo: «El orgullo nos invoca a la autocomplacencia».

«La lacra de la leyenda negra»

Tras unos quince minutos donde costó encontrar el formato, a pesar del buenhacer de Altozano y Sanz, los debatientes fueron cogiendo altura a medida que se iban quitando las esquirlas del compadreo, incrustadas durante la entretenida jornada en el parque temático. El salón presuntamente medieval cogió su hondura cuando Álvarez Palomino quitó hierro a los dramas españoles y focalizó el tiro hacia las «trampas de la trasposición», donde las tesis menos afables con el tradicionalismo se sienten cómodas al equiparar la conquista española con genocidios modernos que, ni por su significado, ni momento histórico, puede responder a la verdad cuando se habla del mestizaje y el proceso provincial -que no colonial- con el que España pergeñó «un imperio que llegó de la noche a la mañana con el descubrimiento de América».

La fundadora de Luz de Trento, una marca de ropa sitiada en Cataluña que reivindica lo mejor de España a través de un llavero o una camiseta con Abascal fumándose un habano, apuntó que «ningún país ha sufrido tanto, incluso desde dentro, la lacra de la leyenda negra».

Imagen desde lo alto de la grada móvil del castillo de Puy de Fou

Imagen desde lo alto de la grada móvil del castillo de Puy de FouCEFAS

Ante la sentencia, mientras el ilustrador de la charla iba recogiendo aforismos con su paleta digital, proyectando las observaciones de los cuatro en una pantalla gigante, Palomino reiteró que «no tenemos que estar pidiendo permanentemente perdón por nuestros pecados», a lo que Llorente agregó que «necesitamos más sosiego en relación con nuestro pasado«. »Eso es lo que dicta el sentido común», terminó por agregar.

Por su parte, ante este asunto, Rubio, arquitecto de profesión e historiador por pasión, señaló que precisamente el término de «leyenda negra fue acuñado en Roma» y que ante este constructo «no podemos abonarnos a la excepcionalidad», pues todos los imperios tienen que hacer frente a sus demonios mal digeridos y peor difundidos por quienes tienen la manija de la memoria de un imperio al que el tiempo y depredadores de mayor envergadura han ido esquilmando hasta convertirlo en una ínsula suturada a Europa con una cordillera pirinaica. Y poco más.

El «compatriota desnortado»

Lo dialógico lo puso Llorente sobre los tapices cuando después del tuit de las jornadas, sacado del silencio que le marcaba su turno de palabra, Victoria Martínez concluyó que «los enemigos de España son los de la izquierda». Después una risilla traviesa y algo autocomplaciente, volvió al auditorio portátil un silencio abrasivo y extraño que, directamente, no tuvo réplica, sino algo de mesura que impusieron con estilo el resto de debatientes, devolviendo la conversación al nivel previamente alcanzado. «Rufián -comentó Llorente dando paso al bloque de los nacionalismos- es un compatriota desnortado», de cuya dilucidación, Rubio y Palomino respondieron con aportes sabrosos para el cierre del último acto. «El nacionalista cree que el lugar donde nació es el mejor lugar del mundo; y eso no es cierto. El patriota cree que el lugar donde nació se merece todo el amor del mundo; y eso sí es cierto», trató de parafrasear Rubio a propósito del genio de la palangana y de Mazurca para dos muertos, para acabar Palomino esgrimiendo una defensa al vínculo con nuestra historia y sobre el riesgo actual de desposeernos de la comprensión y educación del peregrinar de España por el tiempo.

El próximo vicepresidente de Castilla y León, antiguo alumno del CEU, durante su discurso

El próximo vicepresidente de Castilla y León, antiguo alumno del CEU, durante su discursoCEFAS

El cierre del encuentro Jóvenes y Compromiso Cívico correspondió a Juan García-Gallardo Frings, candidato por Vox a la presidencia de la Junta de Castilla y León y que, si nada cambia, en las próximas semanas será el segundo cargo más importante del gobierno autonómico.

García-Gallardo, alumni del CEU y titulado en Liderazgo y Compromiso Cívico por la misma universidad, repaso su arrolladora participación en política, su experiencia a la hora de formar un proyecto político para el control de Castilla la Vieja junto al PP, algunas anécdotas de su vida universitaria y su reivindicación de las Leyes de Burgos de 1512 donde la Corona abolió la esclavitud de los territorios de ultramar. «Es la historia, estúpidos», recordó el de Vox cambiando el sustantivo por la «economía» con la que Bill Clinton se ganó a las masas frente Bush padre. «Las últimas medidas educativas lo que tienden es a convertir a los alumnos en unos ignorantes», dijo en el marco de su defensa de España y su historia. «Que los jóvenes nos desatendamos del proyecto común, encerrándonos viendo Netflix y dejando que nos llamen la derechita Deloitte, van a hacer a la sociedad más vulnerable», dijo justo antes de alentar a todos los presentes a participar de forma activa en la reconquista de una nación al que solamente le llegan ecos deformados de lo que algún día fue.

Telón plegado y croquetas de jamón

Sin que el telón bajase, sencillamente moviendo unas cuantas toneladas de butacas y jóvenes que se despedían de unas jornadas destinadas a azuzarles para que tomasen cartas y despachos en el mundo actual, unas revestidas doncellas y mozos de cuadra, equipados con trajes de Cornejo, esperaban rectos, ante el glitch de mover lo inamovible, con cervezas, vinos, quesos y tartaletas de foie. Y todos se subieron al escenario para celebrar el cierre; y todos se hicieron teatro mientras picoteaban entre los círculos del mentidero juvenil que rompió la pared invisible mientras se seguía hablando de España y su demogresca.

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