Cáritas potencia el empleo digno en tiempos de paro
Una de cada cinco personas que participaron en 2021 en los programas de empleo de Cáritas consiguieron trabajo gracias a la labor de la institución de la Iglesia
«La puerta del trabajo decente sigue cerrada para muchas personas». De este modo comenzaba su intervención la secretaria general de Cáritas Española, Natalia Peiro, en la presentación del informe anual de Economía Solidaria, donde se recoge cómo la inestabilidad laboral y la precariedad sigue siendo el pan nuestro de cada día en España.
2021 fue el año donde se empezó a hacer frente de forma efectiva a la covid-19 pero también fue el año en el que multitud de pequeñas empresas y autónomos tuvieron que echar el cierre ante la imposibilidad de hace frente a los gastos derivados de su actividad comercial. Este impacto, el de la crisis económica que vino de la mano con la pandemia, se hizo notar en Cáritas, donde en apenas un año atendieron a 45.531 personas en los servicios de orientación laboral. «La tasa de precariedad laboral se ha duplicado –aseveraba Peiro. Hemos conocido casos de personas que han tenido hasta tres contratos temporales en un año. Los principales excluidos del mercado laboral, los más afectados, son las mujeres, los jóvenes y los migrantes».
Para estos programas para la dinamización del empleo, Cáritas invirtió cerca de 100 millones de euros, un 13% más que el año anterior, logrando aumentar en cuatro puntos la inserción laboral de sus demandantes.
Desde la institución católica se quieren quedar con la buena noticia de que al menos una de cada cinco personas que han participado en las formaciones ha conseguido, a lo largo del año pasado, encontrar un empleo digno. En total, 11.798 nuevas altas en la Seguridad Social, 959 acciones formativas y 185 nuevos proyectos que potencian el autoempleo y que han dado una oportunidad a personas que hasta la fecha no habían dispuesto de ella.
Potenciar la economía solidaria
Uno de los principales objetivos de Cáritas es potencia la economía circular y el comercio justo. Hasta la fecha se han desarrollado 67 iniciativas en este apartado, conseguido 1.750 contratos de inserción para personas en situación de riesgo y generado 379 puestos de gestión, acompañamiento y formación; así como 632 en producción.
Jardinería, lavanderías, servicios de transporte y mensajería, construcción, alimentación, reformas, restauración, limpieza o en el sector textil, donde Cáritas cuenta con el proyecto Moda-re, con los principales ámbitos donde las personas que han acudido a la Iglesia en busca de una solución laboral han encontrado acomodo. Para estas iniciativas se destinaron 66,5 millones de euros de los cuales 52,1 millones salieron de los ingresos recogidos en los distintos proyectos con los que cuenta Cáritas.
Finanzas éticas y empleo digno
«Lamentablemente, el empleo ya no es una garantía para salir de la pobreza», apuntaba Rubén Requena, técnico del equipo de Economía Solidaria, durante la presentación del informe. Según los últimos datos que arrojaba FOESSA en relación al impacto de la situación sanitaria en el empleo, casi dos millones de hogares (10,3%) sufren las consecuencias de la inestabilidad laboral grave debido a que el sustentador principal ha estado tres o más meses en desempleo o ha tenido tres o más contratos diferentes en distintas empresas. Otras muchas familias, 1.023.900 según el informe de FOESSA, tienen a todos sus miembros en paro, mientras que 589.900 carecen de algún tipo de ingreso periódico.
Es por ello que desde Cáritas llevan meses pidiendo una mejor coordinación entre las administraciones y la liberación de partidas destinadas a atender las necesidades más acuciantes de millones de hogares que ven cada día el futuro con menos esperanza. Sin embargo, desde la institución de la Iglesia, insisten en el mensaje tantas veces repetido por el Papa Francisco: «Seguir luchando para que nadie se quede atrás».