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Shafgufta e Shafquat Emmanuel

Shafgufta y Shafquat EmmanuelACN

El matrimonio católico de Pakistán que pasó ocho años en el corredor de la muerte

«Falsos cargos de blasfemia» llevaron a la pareja a ser detenidos y sentenciados a la pena capital, separados uno del otro y de sus cuatro hijos

En julio de 2013, Shagufta y Shafqat Emmanuel fueron detenidos por la policía pakistaní acusados de blasfemia. Este matrimonio católico, de la pequeña comunidad cristiana de Pakistán, vivía en la pequeña localidad de Mian Channu, al este del país. Fueron sentenciados a pena capital, separados uno del otro y de sus cuatro hijos y han pasado ocho años en el corredor de la muerte. Él, en la cárcel de Faisalabad y ella, en el corredor de la muerte de Multán.

Varios furgones de policía llegaron a su casa aquel día del verano de 2013: «Nos dijeron que estábamos acusados de blasfemia por un mensaje ofensivo sobre Mahoma enviado a través de la tarjeta SIM de nuestro móvil. Pero nosotros no habíamos hecho eso, además el mensaje estaba escrito en inglés, un idioma que ni mi marido no yo hablamos ni leemos», comenta Shagufta en su testimonio a través de Ayuda a la Iglesia Necesitada. Sus explicaciones no sirvieron de nada, estuvieron arrestados durante una noche y al día siguiente les trasladaron directos a la cárcel.

Pena de muerte por blasfemia

El caso conmocionó enseguida a la comunidad cristiana de Pakistán, que nuevamente se enfrentaba a un ambiente hostil contra los cristianos. De una población total de 208.362.334 pakistaníes, solo el 1,9 % son profesan la fe cristiana.

Este matrimonio pasó primero ocho meses en la cárcel antes de ser sentenciados a muerte por un tribunal. No pudieron declarar y a los abogados no se les permitió completar sus alegatos finales. La corrupción es enorme en Pakistán a todos los niveles, y son corrientes las falsas acusaciones de blasfemia que son penadas con la muerte por el sistema legal del país.

En ese momento, sus hijos tenían 13, 10, 7 y 5 años. Pasaron años mudándose continuamente y huyendo de los fundamentalistas que acusaban con atacarlos. «Solo podían visitarme cada cinco o seis meses, durante unos 20 minutos. Lloré todos los días por no estar con mis hijos. No dejaba de pensar en que cualquier día nos ahorcarían a mi marido y a mí», cuenta la madre de la familia Emmanuel.

Prefiero la horca que negar a Jesús

Una invitación a la libertad

Shafqat cuenta que ni estando entre rejas su fe flaqueó: «Mi siempre vivo Señor Jesucristo, que venció a la muerte y resucitó al tercer día, nos liberaría y me alejaría de la muerte». Durante el tiempo que pasaron en prisión, fueron invitados a convertirse al islam y así evitar la sentencia de muerte y ser liberados. «Siempre me negué. Jesucristo sacrificó su vida por mi aunque yo sea una pecadora. Prefiero la horca que negar a Jesús», asegura Shagufta.

En el Parlamento Europeo se alzaron voces contra la condena injusta de este matrimonio, al igual que en organizaciones de derechos humanos de todo el mundo y en la Iglesia católica y Ayuda a la Iglesia Necesitada, y fueron finalmente puestos en libertad. Al igual que les ocurre a otros católicos que salen de prisión, no pudieron permanecer en su país, como Asia Bibi, condenada a muerte por el mismo motivo que los Emmanuel y absuelta en 2018; según comenta este matrimonio, porque «los musulmanes fanáticos y extremistas estaban dispuestos a matarnos si nos quedábamos en Pakistán».

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