El experto del Vaticano en materia de abusos: «La prevención no basta»
El obispo de Malta y experto del Vaticano para casos de abusos, Charles Scicluna, ha asegurado que la prevención no basta para resarcir a las víctimas
«A veces pensamos que una vez dictada la sentencia, cada uno debe volver a su casa y asumir las consecuencias», ha afirmado Charles Scicluna en la presentación del libro sobre Transparencia y Secreto en la Iglesia Católica. Durante su intervención, el obispo de Malta y experto del Vaticano para casos de abusos sexuales perpetrados en el seno de la Iglesia, las diócesis deberían crear una figura, paralela a la del responsable de Prevención, que se ocupe de la escucha, la atención y el seguimiento de las víctimas.
Scicluna ha explicado que la relación de comunión que debe presidir la Iglesia «requiere una persona que escucha con cordialidad y con cercanía a cada víctima». Una tarea que no debe restar solo en quienes denuncian y sus familias, sino también extenderse a quienes son acusados, con quienes «la Iglesia no debe romper todo contacto». Sobre todo porque Scicluna, doctor en Derecho Canónico, es consciente de que «algunas medidas cautelares dan la impresión de ser una condena» y es preciso mantener la presunción de inocencia.
El obispo de Malta y secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, considera que el seguimiento de los casos de abusos se debe hacer «desde el punto de vista humano y pastoral». En este sentido, es partidario de facilitar acompañamiento psicológico, espiritual y pastoral, para contribuir a la reparación. Una tarea que considera que la Iglesia no debe hacer en solitario, sino en colaboración con ONG que también se dedican a la protección de menores.
Que se investiguen todos los casos
Como muestra de la falta de sensibilidad pastoral frente a las víctimas, Scicluna ha revelado el caso concreto de una víctima que denunció su caso de forma pública, en la Plaza de San Pedro en Roma. Al analizar el expediente en la Congregación descubrieron que el acusado ya había sido expulsado del estado clerical en una diócesis italiana, sin que la víctima hubiera recibido notificación.
«La relación con la verdad nos hace más vulnerables», asegura Scicluna, ya que pone de manifiesto los errores de la Iglesia en la opinión pública, pero es preciso afrontarlo y tener paciencia. Por ello, con respecto a las comisiones de investigación sobre abusos, Scicluna considera que «es preciso pasar un periodo de humillación y purificación para mantener la credibilidad». Son «procesos dolorosos, que nos deben servir de trampolín para mejorar», ya que nos pueden ayudar a descubrir en qué hemos fallado y evitar problemas en el futuro.
abusos sexuales en la iglesia
Los religiosos españoles aseguran no haber estado «a la altura» con los «encubrimientos»
Scicluna ha hecho estas declaraciones en la presentación de la obra Transparencia y Secreto en la Iglesia Católica, donde uno de sus autores, el profesor de Comunicación en la Universidad de la Santa Croce, Jordi Pujol, se ha referido también a las diversas comisiones realizadas en todo el mundo para abordar los casos de abusos. Considera positivo que se trate de análisis externos a la Iglesia, porque aportan credibilidad, pero no todos han sido realizados con la misma profesionalidad. También ha criticado el hecho de que con fondos públicos se investigue solo el pasado de la Iglesia sobre los abusos y no de forma general. «Si algo así se hiciera con otro tipo de colectivo, como los judíos o como los gitanos, sería un escándalo».
Como coautor del libro está el sacerdote cubano Rolando Montes de Oca, quien ha advertido sobre la amenaza a la verdad que representa el «buenismo». «Un pastor no puede sentarse a tomar café con el lobo cuando se está comiendo a las ovejas», ya que «sin verdad no puede haber caridad».
Montes de Oca, responsable de Pastoral Juvenil en Cuba, ha revelado cómo algunos de los jóvenes católicos con los que tiene contacto han sido perseguidos e interrogados. Asegura que cuando le preguntan qué deben decir en los interrogatorios la respuesta es clara: «Decir la verdad. En la Iglesia no tenemos nada que esconder».
En colaboración con Comunitat Valenciana