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El Papa Francisco sentado junto al cardenal O´Malley, arzobispo de Boston y presidente de la Comisión para la Protección de Menores

El Papa Francisco sentado junto al cardenal O´Malley, arzobispo de Boston y presidente de la Comisión para la Protección de MenoresEFE

El Papa Francisco pide un informe anual sobre el estado de los abusos en la Iglesia

El Santo Padre ha recibido en audiencia privada a los miembros de la Comisión para la Protección de Menores

En la agenda del Papa Francisco para este viernes, 29 de abril, se encontraba una audiencia privada con la Comisión para la Protección de Menores, a la que el Santo Padre ha solicitado que elabore cada año y le entregue un informe sobre las iniciativas de la Iglesia para prevenir los abusos, sobre lo que está sucediendo y sobre lo que se debe cambiar para que las autoridades pertinentes puedan tomar medidas.

Al recibir a los miembros de la comisión, presidida por el cardenal estadounidense Seán Patrick O'Malley, el Papa ha asegurado que «la incidencia de los abusos a menores por parte del clero lleva varios años disminuyendo en las partes del mundo en las que se dispone de datos y recursos fiables».

El Santo Padre ha animado a los miembros de esta comisión a que ayuden a las Conferencias Episcopales para «crear centros especiales en los que las personas maltratadas y sus familias puedan ser acogidas y escuchadas y acompañados en un camino de curación y justicia».

El Papa Francisco junto a los miembros de la Comisión de Protección de Menores

El Papa Francisco junto a los miembros de la Comisión de Protección de MenoresEFE | Vatican Media

«El abuso es inaceptable»

Al inicio de su discurso, el Pontífice les ha dicho que «los niños y las personas vulnerables están hoy más seguros en la Iglesia también gracias a su compromiso», aunque también ha subrayado que aún «desgraciadamente no faltan situaciones en las que la dignidad de los niños se ve amenazada, y esto debería preocupar a todos los fieles y a todas las personas de buena voluntad».

«El abuso, en todas sus formas, es inaceptable. El abuso sexual de los niños es particularmente grave porque ofende a la vida que está floreciendo. En lugar de florecer, la persona maltratada queda herida, a veces incluso de forma indeleble», ha señalado Francisco.

Ha exhortado entonces a la comisión «a trabajar con diligencia y valentía para dar a conocer estas heridas, a buscar a quienes las sufren y a buscar a los que sufren y reconocer en ellos el testimonio de nuestro Salvador». Sin embargo, ha añadido que este es el camino de cada miembro de la Iglesia, y que «según su condición, está llamado a asumir su responsabilidad asumir la responsabilidad de prevenir los abusos y trabajar por la justicia y la curación»

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