Manuel González-Serna: el sacerdote asesinado a tiros en la sacristía de su parroquia en 1936
El 18 de noviembre será beatificado junto con otros compañeros mártires que dieron su vida por la fe durante la Guerra Civil española
El padre Manuel Gónzalez-Serna nació en Sevilla el 13 de mayo de 1880. Fue bautizado en la Iglesia Parroquial del Omnium Sanctorum de la capital andaluza. Desde pequeño estuvo involucrado en la fe cristiana y así lo demostró hasta el día de su muerte.
Con 14 años, ingresó en el Seminario Conciliar donde completó los estudios de Filosofía y Teología por los que obtuvo los títulos de Bachiller y, en 1900, de Licenciado en Sagrada Teología. Durante su estancia en el Seminario formó parte de la Congregación de María Inmaculada y San Juan Berchmans –de la que fue Secretario– que, entre otras cosas, le llevaba a visitar enfermos, participar en actividades catequéticas, de propaganda en la prensa católica, etc.
Una breve responsabilidad de Capellán de las RR. Esclavas del Sagrado Corazón en Sevilla en 1905, dio paso al primer y difícil encargo como Regente en la Parroquia de San Pedro (Huelva). En el concurso de curatos de 1910 obtuvo la Parroquia de Ntra. Sra. de la Encarnación de Constantina (Sevilla) de la que se posesionó el 30 de octubre de 1911 y permaneció hasta su muerte martirial acaecida el 23 de julio de 1936.
Estallido de la Guerra Civil española
El P. González-Serna sufrió en Constantina con la aplicación de la legislación laicista republicana de los años treinta que, como en todo el país, puso coto a la enseñanza religiosa, prohibió el ritual católico público en los entierros y otras manifestaciones religiosas, se atacaron los símbolos religiosos en los espacios públicos y otros. El incremento de la intransigencia, radicalizada en 1936, se desaforó tras la sublevación militar del 18 de julio cuando fueron destruidos todos los edificios religiosos.
Su último día
En la noche del 19 de julio, el P. González-Serna fue detenido y trasladado a prisión. En la misma sufrió interrogatorios, disparos para amedrentarlo, maltrato y vejaciones. El 23 de julio, al ser conducido a la parroquia para un interrogatorio, sufrió todo tipo de insultos en la plaza llena de público. Ya en el interior de la parroquia, completamente destruida, le llevaron a la sacristía donde poco después del mediodía le dieron muerte de dos disparos.
Fue enterrado en el cementerio municipal y después trasladado a un panteón colectivo donde reposan los que sufrieron el mismo destino. El sacrificio del sacerdote se recuerda con una placa en el lugar sagrado de su ultimo suspiro.
Son abundantes los testimonios de las personas que recuerdan su labor a pesar del tiempo transcurrido: «Le conocí personalmente, me confesaba con él. Visitaba con él las chabolas que existían en aquellos tiempos en Constantina. Cuidaba a los enfermos, a los pobres, a los niños. El recuerdo que dejó entre las personas fue de santidad».
Otros mártires de la Guerra Civil
- Rafael Machuca Juárez (Sevilla)
- Francisco de Asís Arias Rivas (Sevilla)
- Miguel Borrero Picón (Huelva)
- Pedro Carballo Corrales (Cádiz)
- Juan María Coca Saavedra (Sevilla)
- Antonio Jesús Diaz Ramos (Huelva)
- Salvador Lobato Pérez (Cádiz)