¿Qué se celebra cada día de Semana Santa?

Durante los próximos días, la Iglesia celebrará los misterios que articulan la fe católica. En los últimos días de Cuaresma, las lecturas anuncian el gran acontecimiento que se avecina, así como las profecías que se cumplen en Jesús en la hora de su Pasión, Muerte y Resurrección.

La liturgia presenta en cada jornada diferentes acontecimientos que poder meditar y, así, preparar el corazón ante lo que se va a vivir.

Domingo de Ramos

«¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel!» (Jn 12,13).

Con palmas y ramos de olivo, tal y como se narra en los Evangelios, se acompaña en procesión a lo largo de la geografía del país a una imagen de Jesús a lomos de un pollino.

En este día, que conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, simboliza el reconocimiento que recibe del pueblo como Mesías, el que va a liberar a Israel y que redimirá al mundo del pecado.

Sin embargo, en la celebración de la misa, se lee el relato de la Pasión, presagiando lo que sucederá más adelante.

Lunes Santo

También conocido como «Lunes de Autoridad». Tras entrar en Jerusalén, Jesús vuelve al Templo pese a que los fariseos planean matarlo.

Al llegar, lo encuentra lleno de mercaderes, a los que expulsó, acusándolos de haber convertido la «casa de oración» en una «cueva de bandidos».

Martes Santo

«En verdad, en verdad os digo: uno de vosotros me va a entregar». (Jn 13, 21).

Llamado «Martes de Controversia», el Evangelio cuenta cómo Jesús anuncia a sus discípulos la traición de Judas y a Pedro le anticipa las tres veces que le negará.

Este nombre también se le atribuye al enfrentamiento que tiene Cristo con las autoridades de su tiempo, que cuestionan su poder para hacer milagros. Igualmente, los fariseos le preguntarán sobre el pago del tributo, a lo responderá: «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».

Miércoles Santo

En este día, la Iglesia presenta el acuerdo de Judas Iscariote con los sumos sacerdotes para que les entregue a Jesús: 30 monedas de plata.

También, como Cristo manda a los apóstoles preparar el sitio donde celebrarán la Pascua.

Jueves Santo

«Los amó hasta el extremo». (Jn 13,1).

La mañana arranca con la Misa Crismal, en la que se consagra el Santo Crisma y se bendicen el óleo de los catecúmenos y el óleo de los enfermos. Estos acompañarán durante el año varios sacramentos, así como dedicaciones de altares y templos.

Por la tarde, da comienzo el Triduo Pascual: las celebraciones que tendrán lugar desde este momento hasta la Vigilia Pascual forman parte de una sola.

En este día, la Iglesia conmemora la Institución de la Eucaristía, el Orden Sacerdotal y el Mandamiento del Amor.

Se celebra la Última Cena, en la que Jesús lava los pies a sus discípulos.

La liturgia tiene una serie de peculiaridades. En el rezo del gloria, suenan las campanas, que cesan su actividad hasta la noche del Sábado Santo. Lo mismo harán los instrumentos, dejando a los coros sin acompañamiento musical. Las imágenes se ocultan, los altares se desnudan, igual que Cristo fue despojado de sus vestiduras en el Calvario. Por último, los sagrarios se vacían y la Eucaristía, consagrada para jueves y viernes, se traslada a un Monumento, lugar destinado para la oración durante estos días.

Viernes Santo

«Está cumplido». (Jn 19, 30).

Es la segunda parte del Triduo Pascual. Es un día de luto en el que se recuerda la crucifixión y muerte de Jesús. Por ello, es día de ayuno y abstinencia de comer carne. No se celebra misa, sino que tienen lugar los Oficios de la Muerte del Señor en torno a las tres de la tarde.

En ellos tiene lugar la adoración a la cruz como reconocimiento al medio por el que Dios ha redimido a la humanidad. Tras recibir la comunión, consagrada el día anterior, la eucaristía se retira del templo, quedando los sagrarios abiertos y vacíos. Este es el único día en el que se hace genuflexión a la cruz.

Sábado Santo

En la mañana, el duelo continúa. El sábado es un día de meditación y admiración ante lo que ha sucedido, Jesucristo, siendo Dios, se ha entregado por los pecados de la humanidad, que queda salvada.

Igualmente, se acompaña la soledad de María, a la espera de la resurrección gloriosa.

En la noche, tiene lugar la última parte del Triduo: la Vigilia Pascual, también conocida como «la madre de todas las vigilias». Es la misa más importante y solemne del año en la que se celebra la Resurrección de Jesús, su triunfo sobre el pecado y la muerte.

Está llena de simbolismos, siendo dos los principales: la luz del cirio pascual, símbolo de este acontecimiento, rompe la oscuridad de la noche; y el agua, recuerdo del Bautismo por el que los cristianos pasan a ser hijos de Dios. De hecho, en algunas ocasiones, tiene lugar este sacramento dentro de la misma vigilia, especialmente de adultos.

También se canta el pregón pascual, que narra la historia de la Salvación, desde la creación del hombre, hasta la redención de Cristo, asemejándola con la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto.

Se recuperan las campanas e instrumentos, se descubren las imágenes, la luz reaparece y los altares vuelven a revestirse. Tras la comunión, la eucaristía vuelve a quedar reservada en el sagrario.

Domingo de Resurrección

«¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?» (Lc 24, 5).

Durante todo el día continúa la alegría y solemnidad anticipada en la noche del sábado. Así, da comienzo el tiempo de Pascua, 50 días - más que la Cuaresma - en los que se alarga la celebración de la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos y motivo por el que el resto de domingos del año son 'el día del Señor'.