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Monseñor Mikel Garciandía es obispo de Palencia desde enero

Monseñor Mikel Garciandía es obispo de Palencia desde eneroMiguel Pérez Sánchez

Entrevista con el obispo de Palencia

Mikel Garciandía: «La lucha arrecia y San Miguel y todos los ángeles están ahí»

Vivía en las montañas, en un recóndito santuario navarro, y ahí le dieron la noticia de que iba a ser el nuevo obispo de Palencia, en la llanura de la Tierra de Campos

Con Dios se comunica en vascuence, porque es la lengua que hablaban en casa. «Cuando rezo delante de la gente, rezo en castellano. Pero cuando tengo ahí un tú a tú con el Señor, pues obviamente me sale la lengua materna», explica monseñor Míkel Garciandía, obispo de Palencia desde enero. Nació en Echarri-Aranaz, un municipio de la zona vascófona de Navarra situado a 40 kilómetros de Pamplona, en 1964. «Hay testimonios cristianos en euskera del siglo III», explica.

Ama a su tierra y a su cultura pero, por encima de todo, ama a Dios y a la Iglesia, y ha participado hace unos días en el Encuentro Transforma de Madrid, que ha reunido a más de 300 congresistas. «Es la lengua que uno ha mamado», subraya. «La madre y el padre nos han dado la fe. Y así es mi relación con el Señor. Pero luego, al ser católicos, me ha tocado estar en Roma y, además del castellano, pues también hablo el italiano y lo que toque», agrega con naturalidad.

Antes de ser nombrado obispo fue el rector del santuario de San Miguel de Aralar, en lo alto de las montañas, «donde vivía en equipo, con otros tres sacerdotes y una virgen consagrada».

– Tengo entendido que existe un proyecto para unir con una ruta europea todos los santuarios y monasterios dedicados al arcángel...

–Sí, el arzobispo de Pamplona me indicó que teníamos que trabajar en aras de un año jubilar de San Miguel. Yo estaba además metido en una red que aglutina cofradías, ayuntamientos y santuarios dedicados al arcángel, fundamentalmente de España, de Francia y de Italia, así que, con los rectores de Saint-Michel en Francia, Sant Angelo en Italia y algunos más, decidimos hacer unos itinerarios micaélicos. Eso fue creciendo. La decisión luego fue que en el año 2025, los que peregrinemos desde lugares de San Miguel Arcángel de toda Europa, confluyamos en Roma. También estamos considerando un proyecto más ambicioso de cara al año 2033.

– ¿Y en qué consistiría?

– Los Caminos Cristianos: Caminos de San Miguel, Caminos de Santiago, las peregrinaciones marianas, los Caminos de la Vera-Cruz, Caravaca, Oviedo, Liébana, Valencia, el Camino Ignaciano, la Vía Francígena... El sueño es que en los próximos años, los jóvenes tengan herramientas digitales y virtuales, pero también físicas, para que cualquier persona pueda ir de cualquier santuario a otro en Europa, desde la Europa Occidental hasta la Europa Oriental. Porque, por ejemplo, San Miguel está muy extendido en el mundo ortodoxo. Y luego ya, quizá en el año 2033, en el Año Jubilar, los 2000 años de la Salvación, sería vincular Santiago de Compostela, Roma y Jerusalén en un eje y hacer que ahí hubiera un movimiento global de los jóvenes.

– ¿Ya tienen un listado completo de esos santuarios de San Miguel por toda Europa?

– ¡Ni idea! Son cientos. Solo en la Toscana hay 400. Santuarios, parroquias, ermitas... Fue una devoción que comenzó en el siglo V y en el XII fue su gran eclosión.

– ¿Qué le une a usted con San Miguel, aparte del nombre?

– Mi padrino de bautismo era mi abuelo Miguel. Luego terminé siendo capellán del santuario de San Miguel. Eso también ha marcado que en mi sello episcopal tenga como divisa a San Miguel, ¡Quién como Dios!, Quis ut Deus!, en latín. De hecho, cuando salió mi nombramiento de obispo, la gente por la calle me decía: «¡Bueno, tomarás el lema de San Miguel!». Y así es.

– ¿Qué importancia tiene San Miguel en el siglo XXI?

– Tiene un valor enorme. En este tema de los caminos, él es el gran custodio y el defensor de los peregrinos. Pero San Miguel, en los tiempos de crisis de la Iglesia del siglo V, en el siglo XII, siglo XVI, en cada época donde ha habido problemas, San Miguel Arcángel representa para nosotros la certeza, la seguridad del triunfo de Cristo, del triunfo de la cruz. Por ejemplo, en la Edad Media, las grandes Cruzadas y las grandes batallas, la conquista de Huesca, de Zaragoza, las huestes navarras llevaban como bandera a San Miguel Arcángel, que es el que les ayudó, por cierto, en la conquista de Zaragoza. San Miguel era el protector del pueblo de Dios y hoy en día, actualizándolo, la batalla y la lucha es el demonio, es el mal, es el pecado, es el miedo, es la ignorancia. Entonces San Miguel Arcángel es para nosotros el gran inspirador que nos da coraje para no perder la esperanza de que la Resurrección del Señor hace que la lucha esté ganada. Y este ángel es nuestro defensor.

– O sea, que hoy sí que estamos muy necesitados de San Miguel...

– Muy necesitados. La lucha arrecia, y San Miguel está aquí. Todos los ángeles están aquí.

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