Francisco afirma que la Virgen «no es una estatua de cera inmóvil», sino que «se pone en camino»

En la festividad de la Asunción de la Virgen María, que se celebra hoy 15 de agosto, el Papa ha rezado de forma excepcional el Ángelus en la Plaza de San Pedro, como suele hacer los domingos. En las palabras dirigidas a los fieles presentes, se ha centrado en la figura de la Virgen María, quien, al recibir el anuncio del ángel, se pone en camino para visitar a su prima santa Isabel.

Así, Francisco ha explicado que María «no considera un privilegio la noticia recibida del ángel», sino que, «deja su casa y se pone en camino». A partir de ese momento, afirma el Pontífice, «María estará siempre en camino: siempre estará en el camino siguiendo a Jesús, como discípula del Reino».

Ha continuado añadiendo, citando al hermano Carlo Carretto, que, de esta forma, la Madre de Dios refleja la humanidad en su camino: «No debemos imaginar a María 'como una inmóvil estatua de cera', sino que en ella podemos ver a una 'hermana con las sandalias gastadas... y con tanto cansancio'».

Después del rezo del Ángelus, el Santo Padre ha confiado a la Virgen María «los dolores» de los pueblos afectados por la guerra: «Pienso en particular en la atormentada Ucrania, en Oriente Medio, en Palestina, en Israel, en Sudán y en Myanmar. Que la Madre celestial obtenga para todos consuelo y un futuro de serenidad y concordia».

Además, ha recordado el grave incendio que está ocurriendo al noroeste de Atenas, en Grecia: «Decenas de miles de personas ya han sido evacuadas [...] Rezo por las víctimas y los heridos, aseguro mi cercanía a todos los que son probados por este grave suceso, confiando en que puedan ser sostenidos por la solidaridad común», ha concluido el Pontífice.