Fundado en 1910

Paco Crespo tiene un blog y videos de Youtube donde explica cómo hacer oración mental

Entrevista a Paco Crespo, autor de 'La oración mental'

Los cuatro pasos para hablar con Dios: «Incluso los ateos pueden hacer oración mental con éxito»

Desde que Paco Crespo se convirtió en youtuber sobre cómo hacer oración mental, sus videos tienen miles de visitas y recibe cientos de anécdotas de pequeños milagros que les suceden a las personas cuando rezan mentalmente

hay una frase del Evangelio que se repite innumerables veces: «Jesús se retiró al monte a orar». Se fue solo, a un lugar apartado. Pero hoy en día, ¿cómo se logra eso? Hacer oración se ha convertido en un verdadero desafío; el recogimiento es difícil, y alejarse del mundanal ruido para meditar y encontrar silencio parece misión imposible.

Paco Crespo, ingeniero de caminos, numerario del Opus Dei y autor del libro La oración mental, se dio cuenta de esta realidad y, por ello, decidió crear un blog, un 'guion' de 4 sencillos pasos, en el que desgrana cómo conversar con Dios y cómo saber con certeza que es Él quien habla. De forma sencilla y práctica, a través de numerosas anécdotas que le han contado sus seguidores, Paco explica cómo, gracias a la oración, se pueden obtener de Dios innumerables gracias de todo tipo, ya sean materiales o espirituales, de índole sencilla o trascendente; milagros en definitiva, que Dios concede a todos, incluso desde el inicio, cuando se ora correctamente.

–Un blog sobre cómo hacer oración no se ve todos los días, ¿Qué te motivó a crear uno?

–Mis cinco vídeos sobre la oración mental, aun siendo temas religiosos, suman un total de casi un millón de visitas. Algo poco frecuente. El foro de YouTube tiene miles de intervenciones, a las cuales he contestado repitiendo, muchas veces, los mismos argumentos. Esto me hizo pensar que convenía tener un resumen de lo necesario para poder oír a Dios con cierto nivel de seguridad. Así nació mi blog.

–¿Cuál es la diferencia para ti entre rezar y hacer oración? ¿Crees que «conseguiríamos» más beneficios en nuestra vida si oráramos bien?

–Sí, los conseguiríamos. Rezar significa dirigirse a Él mediante los incontables modos que existen. Sin embargo, hacer oración mental no se trata tanto de hablarle como de escucharle con un mínimo grado de certeza. De los nueve niveles de oración que definió Santa Teresa de Jesús, la oración mental es el cuarto, el más alto de los niveles ordinarios. En otras palabras, practicando la atenta escucha de Dios, llegaremos mucho más rápido y cerca del Corazón de Jesús que rezando con oraciones vocales (1er nivel), lectura meditada (2º nivel) u oración afectiva (3er nivel). Mira lo que me comenta por WhatsApp un católico que hacía oración solo pensando y leyendo buenos libros para aplicarse lo leído y decirle cosas a Jesús:

«Francisco. Este libro tuyo realmente ha sido transformador para mí. Hacía oración mental desde hacía 2 años, pero los frutos que he obtenido en estos 2 meses de esta manera son muy superiores a los que obtuve en 2 años». Y los beneficios no se manifiestan sólo interiormente, sino también en el trato con los demás. Un padre me contó que estaba enemistado con su hija y que, después de orar mentalmente durante una semana, recibió un mensaje de WhatsApp de su hija en el que le agradecía todo lo que había hecho por ella y en el que le decía que no podía imaginar un mejor padre en su vida.

Al Señor le gusta tanto la oración mental que la premia, incluso externamente, en poquísimo tiempo. Algo que no sucede, con tanta frecuencia e intensidad, en los anteriores niveles de la oración. Al menos es lo que he comprobado en mi vida, en la de mis amigos y también en los cientos de mensajes que recibo cada año.

La oración no solo les sale bien a los santos y a los curasPaco CrespoAutor de 'La oración mental"

60 minutos al día cambian la realidad

–Se puede pensar que la oración mental es una cosa exclusiva de los grandes santos y que sólo ellos eran capaces de hacerla bien ¿Es posible para todos tener, literalmente, una conversación fluida con él?

–Todo el mundo puede practicar la oración mental con éxito. Incluso los ateos que, como casi todos ellos, alberguen ciertas dudas, y se dirijan a Dios con preguntas.

Para responder a la pregunta de si cualquiera puede tener una conversación fluida con Dios en la oración mental, contaré lo que me pasó con un chaval que conozco de 15 años. No iba casi nunca a misa. No sabía ni el Avemaría. Durante un viaje, pude conversar con él y explicarle que todos sus problemas tenían solución. Bastaba con que hiciera una hora al día de oración mental. Como no tenía demasiado tiempo para explicarle, le envié por Whatsapp el mismo enlace de mi blog. Pasado un mes, me contó que su perrito estaba muriéndose, ya que le habían diagnosticado una enfermedad incurable, y que, en ese momento, decidió hacer oración mental, siguiendo los cuatro pasos que explico en mi blog. Al cabo de un rato, el perro volvía a estar completamente bien, se curó.

Es un buen ejemplo de que la oración mental no sólo les sale bien a los santos o a los curas. Un chaval sin conocimientos religiosos y sin ir a misa los domingos puede hacerla.

El objetivo de la oración mental no es lograr milagros, sino enamorarse de Dios. Pero yo narro muchos porque el Señor los hace, y a mí me los cuentan. Al igual que a este chaval, les ocurre a cuantos quieren solucionar un problema y se comprometen a practicar de por vida la oración mental descrita en el blog durante 60 minutos al día: separaciones matrimoniales, cáncer, hijos desastrosos, falta de vocaciones... El cardenal Deskur cuenta que san Juan Pablo II, siendo arzobispo de Cracovia, consiguió llenar su seminario vacío tras dialogar con Dios.

–Subrayas mucho en la oración, la importancia de escribir la conversación que tenemos con Dios, incluso la respuesta que creemos que nos dice ¿Por qué crees que este es el mejor método? ¿Si uno no escribe no puede escuchar a Dios?

–No explico un método de oración mental. Profundizo en medidas de prudencia clásicas de la teología espiritual católica, y necesarias para estar seguro de que el Señor nos ha hablado. Para rezar no hace falta un especial recogimiento, pero sí que conviene hacer doble recogimiento (del intelecto y de la voluntad) para decir con seguridad que Dios nos ha hablado.

Del mismo modo, explico en mi libro y en el blog que, cuando se escribe en una libreta o en el móvil toda la conversación con el Señor o la Virgen, se logra mantener un doble recogimiento durante mucho tiempo seguido y casi sin distracciones, algo que no suele suceder cuando oramos 'con los brazos cruzados'.

Además, los maestros de oración más gloriosos de la Iglesia han escrito durante su oración mental: santo Tomás de Aquino, san Agustín, el padre Gratry, san Josemaría Escrivá de Balaguer...

Cada vez me sorprendo más de cómo agrada a Dios que escribamos al hacer oración mental. Una oyente de mis charlas por Zoom comenzó a escribir en su oración mental una conversación en la que pedía a Dios que la sacara del paro. Le llamaron para ofrecerle un empleo al cabo de pocas horas de haber terminado la oración. Pero, una vez que comenzó a trabajar, pensando que estaba resuelto el problema, abandonó la escritura en la oración, aunque seguía haciéndola sin libreta. Pasados siete días la despidieron. 'Casualidad', podría pensar alguno, pero no es así. Es algo muy frecuente que Él nos manifieste que desea que escribamos estas conversaciones tan importantes. También es un modo práctico de demostrar que cumplimos bien la 4ª condición de certeza.

–Frente al escepticismo en el que podemos caer en la oración ¿Cómo estar seguros de que el que nos habla es Dios y no nosotros mismos?

–De las cuatro condiciones de certeza, la más importante para retener es la cuarta: confiar en nuestra oración mental. Porque quien acepta con inquebrantable seguridad los pensamientos recibidos en su oración se vuelve muy grato al Señor. Aquel que confía en el origen divino de sus inspiraciones es más probable que pronto disfrute, de algún modo, del resultado de su convicción: desarrollo asombroso de los acontecimientos exteriores, paz profunda, progreso en fortaleza interior, aumento gradual de ideas inconfundiblemente inspiradas, deseo imperioso de actuar, etc. Estos son frutos de la pedagogía perfecta de Dios, quien responde a nuestras consultas y, más tarde, demuestra con claridad en la práctica que era Él quien hablaba. Sólo pondré un ejemplo:

Una madre comenzó a hacer oración mental hace solo un año y medio. Con cuatro hijos y después de 22 años de matrimonio con el mismo hombre, descubrió que él la estaba engañando con otra. La mujer decidió entonces dedicar una parte de su día a la oración mental, dando pequeños pasos cada día. Un día, durante la oración, escuchó que para salvar su matrimonio debían mudarse a otra ciudad. Pocos días después, su marido le propuso que se mudaran a Barcelona por un trabajo que había encontrado allí. Su oración salvó su matrimonio.