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El bautismo por agua es el más conocido de los tres tipos

Sacramentos

Deseo, sangre y agua: los tres bautismos que reconoce la Iglesia

La tradición cristiana admite tres tipos de bautismo diferentes, dos de ellos en situaciones de riesgo para la persona que desea recibir el sacramento

En la tradición cristiana se contemplan siete sacramentos, es decir, signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia. El primero de estos es el Bautismo, conocido por limpiar el pecado original y reconocer al bautizado como miembro de la comunidad. Ahora bien, la Iglesia reconoce tres tipos de Bautismo: el de deseo, también conocido como el de urgencia; el de sangre y el de agua.

Deseo o urgencia

El primero, deseo o urgencia, se da cuando alguien está en riesgo de fallecer, pero para que el Bautismo realmente sea válido se debe dar alguna de estas circunstancias:

  • La persona debe desear ser bautizada y arrepentirse de sus pecados conociendo, o desconociendo, la fe católica, tal y como se indica en el Código de Derecho Canónico, en el artículo 865,2: «Puede ser bautizado un adulto que se encuentre en peligro de muerte si, teniendo algún conocimiento sobre las verdades principales de la fe, manifiesta de cualquier modo su intención de recibir el bautismo y promete que observará los mandamientos de la religión cristiana».

  • El sujeto está en proceso de catecumenado, es decir, es un adulto que, habiendo descubierto a Cristo, desea conocer y profundizar en su fe. Este proceso se suele llevar a cabo durante un año aproximadamente y finaliza con el catecúmeno recibiendo tres sacramentos (bautismo, eucaristía y confirmación) en la misma celebración. A esto se refiere también el Catecismo en el artículo 1259: «A los catecúmenos que mueren antes de su Bautismo, el deseo explícito de recibir el Bautismo, unido al arrepentimiento de sus pecados y a la caridad, les asegura la salvación que no han podido recibir por el sacramento».

  • Si se trata de un neonato por lo que podrá ser bautizado inclusive si sus padres no están de acuerdo. «Si el niño se encuentra en peligro de muerte, debe ser bautizado sin demora», como se señala en el Código de Derecho Canónico en el artículo 862,2.

  • El caso más extraño que se puede dar es que este sujeto no sea capaz de verbalizar el voto del Bautismo y el que le bautiza desconozca si realmente este desea ser bautizado. En este caso estaríamos hablando de un Bautismo válido pero ilícito.

Sangre

El segundo, el de sangre, se da cuando la vida de un sujeto corre peligro por manifestarse cristiano y proclamar su fe. Este tormento puede llegar a causar la muerte de la persona, pero también se considera válido, aunque luego esta no se lleve a cabo por una gracia especial de Dios, tal y como se especifica en el Catecismo, concretamente en el artículo 1258:

«Desde siempre, la Iglesia posee la firme convicción de que quienes padecen la muerte por razón de la fe, sin haber recibido el Bautismo, son bautizados por su muerte con Cristo y por Cristo. Este Bautismo de sangre como el deseo del Bautismo, produce los frutos del Bautismo sin ser sacramento».

Agua

El tercero y último es también el más conocido: por medio del agua. Dentro del bautismo de agua nos encontramos con varios posibles tipos como la ablución (agua en la cabeza), la aspersión (no es posible por ablución, se hace salpicando agua) o la inmersión (se sumerge a la persona).

¿Qué aporta cada tipo de bautismo?

Tanto el de deseo o urgencia como el de sangre, no hacen miembro de la Iglesia, en cambio, sí dan el perdón de los pecados mortales, la infusión de la gracia y la filiación divina con el derecho a la vida eterna.

El único que hace miembro de la Iglesia, además de lo anteriormente mencionado, es el bautismo de agua.