No lo puedes ver, pero sí hablar con él: todas las curiosidades de tu ángel de la guarda
A veces, con el permiso de Dios, pueden dejarse ver. Así se cuenta en el capítulo 18 del Génesis o en el libro de Tobías. A algunos santos como el Padre Pio o Gemma Galgani se les concedió el privilegio de poder ver y hablar con su ángel custodio
Con un «ángel de la guarda, dulce compañía», comienza esa sencilla oración que los niños aprenden para rezar antes de irse a dormir, pero cuando llegan a la edad adulta muchos ya han olvidado de que Dios ha puesto a cargo de cada hombre a uno de estos seres espirituales para su guarda.
Cada 2 de octubre, la Iglesia celebra la fiesta de los ángeles custodios, cuya existencia y misión queda confirmada en el Catecismo: «Desde su comienzo, hasta la muerte, la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión». En este documento de la doctrina cristiana se recuerdan también las palabras de san Basilio Magno en Adversus Eunomium, donde escribió: «Nadie podrá negar que cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducir su vida».
Santo Tomás de Aquino también dijo que «los ángeles cooperan en toda la obra buena que hacemos». Así, los custodios son mencionados a lo largo del Antiguo y el Nuevo Testamento y están tan presentes como los seres humanos. Todos los ángeles tienen la misión de adorar a Dios. En el Evangelio de Mateo, Jesús asegura: «Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños, porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi padre que está en los cielos».
La enseñanza de la Iglesia incluye que cada persona tiene un ángel asignado al momento del nacimiento: su ángel de la guarda. Por su propia naturaleza, no son visibles al ojo humano. No obstante, a veces, con el permiso de Dios, pueden dejarse ver. Así se cuenta en el capítulo 18 del Génesis o en el libro de Tobías. A algunos santos como el Padre Pio o Gemma Galgani se les concedió el privilegio de poder y hablar con su ángel custodio.
El sacerdote de Pietrelcina vivía muy cercano al protector que Dios había puesto a su lado. Según le contó su madre, ya desde pequeño pensaba que todos podían verlo, y de adulto ejerció de traductor de algunas cartas que le enviaban en otros idiomas. El santo italiano dejó también por escrito que su ángel de la guarda le ayudaba a despertar para rezar juntos las laudes matutinas.
¿Cómo comunicarse con el ángel custodio? Hay muchas oraciones distintas para poder pedir la intercesión de estos mensajeros de Dios. Una de ellas es la que rezaba el mismo Padre Pío, pero otra muy común es la que se entona con los niños casi a modo de nana antes de dormir.
La oración al ángel de la guarda del Padre Pío
Ilumina mi mente
para que conozca mejor al Señor
y lo ame con todo el corazón.
Asísteme en mis oraciones
para que no ceda a las distracciones
y ponga la mayor atención.
Ayúdame con tus consejos,
para que vea el bien y lo cumpla con generosidad.
Defiéndeme de las insidias del enemigo infernal,
sostenme en las tentaciones
para que siempre sea capaz de vencerlas.
Suplanta, elimina mi frialdad en el culto al Señor:
no dejes de atender a mi custodia
hasta que me lleves al Paraíso,
donde alabaremos juntos al Buen Dios por toda la eternidad.