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Don Daniele Ercoli es, además de sacerdote salesiano, un apasionado y estudioso de Tolkien desde hace años

Don Daniele Ercoli es, además de sacerdote salesiano, un apasionado y estudioso de Tolkien desde hace años

Entrevista a don Daniele Ercoli, el cura que busca iniciar el proceso de canonización de J.R.R.Tolkien

«La vida de Tolkien puede ser un modelo para la Iglesia»

El Señor de los Anillos hizo a Tolkien inmortal, pero desde hace años don Daniele Ercole busca resaltar la fe que sustentó su vida, con la esperanza de verlo algún día elevado a los altares

¿Y si el creador de la Tierra Media pudiera algún día ser elevado a los altares? Don Daniele Ercoli, sacerdote italiano salesiano y apasionado de la obra de J.R.R. Tolkien (1892-1973), cree que no es una idea tan lejana. Por eso ha iniciado, junto a otras asociaciones católicas, los primeros pasos para promover su causa de canonización, convencido de que la vida de este autor británico fue mucho más que escribir bestsellers de literatura fantástica.

Es a través de las cartas personales del propio Tolkien como don Daniele descubrió a la persona real que estaba detrás de la creación de El Señor de los Anillos: un hombre profundamente humano, marcado por una profunda fe pero al que tampoco le faltaron problemas familiares, dudas e incluso tensiones con su círculo más cercano a causa de su fidelidad a la Iglesia de Roma.

Por eso, en esta entrevista con El Debate, el sacerdote explica por qué cree que Tolkien podría ser un modelo espiritual para nuestro tiempo, detalla en qué punto está la posible apertura de su proceso de canonización y desvela esas claves cristianas que atraviesan su obra.

Y si hubiera que buscar un personaje con el que se siente identificado, don Daniele lo tiene claro: Gandalf, por su vocación de acompañar y guiar, como hace cada día en su ministerio sacerdotal. Algo que encaja bien hablando de Tolkien, en cuyas historias nadie camina solo...

Una célebre vida desconocida

–Don Daniele, ¿cómo comienza todo? ¿Qué motiva a un sacerdote a considerar iniciar la causa de canonización de un escritor cuya fama se debe principalmente a su obra literaria y no tanto a su faceta religiosa?

–Me gustaría aclarar que la causa de canonización no está abierta todavía. Lo que yo estoy haciendo es movilizar instituciones para que, si es posible, algún día pueda abrirse. Todo comenzó cuando leí sus cartas personales, las que publicó quien le conocía bien. Gracias a esas cartas descubrí qué persona había detrás del autor. Y entendí también por qué sus obras no son para nada superficiales.

Conocí además a otras personas que se han vuelto a la fe católica y a la vida de los sacramentos gracias, sobre todo, a su figura, no solo como escritor, sino como profesor universitario y como padre de familia. Por esto pensé que quizá una persona así podría ser presentada a toda la Iglesia como modelo y, junto a otras personas que piensan igual, intentamos que este proceso pueda avanzar.

–Entonces ahora, ¿En qué punto se encuentra todo ?

–En este momento estamos en una fase previa. Primero escribimos al obispo de la diócesis de Plymouth, porque las causas de canonización deben comenzar en el lugar donde la persona murió, y Tolkien falleció en Bournemouth mientras estaba de vacaciones. Sin embargo, el obispo nos dijo que nos dirigiéramos al al arzobispo Bernard Longley, de Birmingham, donde vivió gran parte de su vida.

Así que nos pusimos en contacto con él, y nos respondió que, según su criterio, antes de pensar siquiera en iniciar formalmente una causa de canonización, sería necesario que la vida cristiana de Tolkien y su santidad personal fueran más conocidas. Dijo que, hoy por hoy, Tolkien es famoso como autor, pero que la gente apenas conoce su vida privada, su fe y su dimensión espiritual.

Tolkien siempre pensó que la literatura podía preparar el terreno para el EvangelioDon Daniele Ercole

Por eso, antes de iniciar cualquier proceso, nos animó a difundir mejor su vida cristiana, su testimonio personal, y a darlo a conocer no solo como escritor, sino como hombre de fe. De momento, ese es nuestro objetivo: trabajar para que la figura de Tolkien como cristiano se haga más conocida dentro del pueblo de Dios.

El año pasado, por ejemplo, salió un libro muy interesante, el primero sobre este tema. Es de Holly Ordway y se llama La fe de Tolkien. Una biografía espiritual (Ediciones Mensajero). Su intención es precisamente ayudar a difundir quién fue Tolkien como persona y como creyente.

Portada del libro 'La fe de Tolkien. Una biografía espiritual'

Preparar 'el terreno' del Evangelio

–Está claro que la fe de Tolkien marcó su vida y su obra, pero a veces da la impresión de que se quiere encasillar El Señor de los Anillos como si fuera simplemente una gran alegoría teológica, cuando él mismo rechazaba esa idea. ¿Qué huellas concretas de su espiritualidad diría que se perciben realmente en sus libros?

–Efectivamente, él no quería hacer eso, porque no creía que ese fuera el papel de la literatura. Tolkien siempre pensó que la cultura y la literatura podían preparar el terreno para el Evangelio, pero sin ser un anuncio directo. En esto podríamos decir que 'discutía culturalmente' con su amigo C.S. Lewis, que sí usaba la literatura de forma más catequética, como se ve en Las Crónicas de Narnia.

Tolkien no quería ninguna alegoría explícita, donde un personaje representara a Dios, otro al diablo, y así sucesivamente. Sin embargo, en una carta a un amigo jesuita –que, de hecho, celebró su funeral–, escribió que El Señor de los Anillos es «una obra fundamentalmente católica». Y esa es la palabra importante: 'fundamentalmente', es decir, en sus cimientos, no en la superficie.

Por eso, más que buscar símbolos cristianos evidentes, hay que mirar las cuestiones de base de las que se habla: el valor de la vida espiritual, un sistema de valores sólido... Todo eso prepara al lector, si llega el momento, para acoger el Evangelio, pero la literatura, como tal, no tiene la función de anunciarlo directamente.

–Intentando ir más allá de la cuestión de la fe, ¿qué aspecto de la vida de Tolkien considera más importante como ejemplo de santidad?

–Cómo vivió su profesión, aunque también está relacionado con su fe, en un ambiente como la Universidad de Oxford, donde los católicos eran muy pocos y además discriminados, donde incluso pocos años antes ni siquiera podían trabajar allí. Pero eso no le impidió seguir adelante con su carrera académica y declarar abiertamente su fe.

–¿Y a nivel personal? ¿Qué fue lo que más le sorprendió al conocer mejor a Tolkien?

–La verdad es que es una pregunta difícil, pero creo que lo que más me ha fascinado son sus dificultades. Por ejemplo, cómo vivió las crisis de fe, esos momentos en los que no iba tan a menudo a misa. También sus problemas familiares, sobre todo con su esposa, que era protestante y se convirtió al catolicismo para casarse con él, pero nunca fue una conversión fácil. Tuvieron muchas discusiones sobre la fe. Me interesa especialmente cómo supo afrontar y superar esas dificultades de la vida.

La visión sacramental de Tolkien me resulta fascinante

Durante el periodo en que vivió en Leeds, Inglaterra, Tolkien atravesó una crisis espiritual que él mismo reconoce, admitiendo que dejó de asistir a misa con regularidad. Sin embargo, fue precisamente en ese tiempo cuando se dio cuenta del cambio que necesitaba, y logró salir de esa situación gracias al sacramento de la confesión.

En cuanto a su esposa, aunque ella atravesó momentos de duda y crisis de fe, Tolkien siempre mantuvo un diálogo abierto con ella. La respetaba profundamente y comprendía sus dificultades, pero al mismo tiempo no cedía en su propia fe: nunca dejó de ir a misa ni de practicar su vida cristiana por el escepticismo que ella a veces podía tener. Permaneció firme, acompañándola con paciencia, pero sin renunciar a sus convicciones.

Los sacramentos: el eje central de Tolkien

–¿Hay algún episodio concreto que considere crucial en el camino de fe de este escritor?

–Creo que cuando comprendió la importancia fundamental de la vida de los sacramentos y de la misa diaria. Hay una carta muy bonita que escribió a su hijo durante la guerra. Su hijo le decía que, viendo tanta maldad y destrucción, le resultaba difícil seguir creyendo en Dios. Y Tolkien le respondió diciéndole que el remedio para una fe vacilante es la Eucaristía: recibir la comunión todas las veces que sea posible. Esa visión sacramental de la vida me resulta fascinante y cercana a mi propia espiritualidad.

–¿De qué manera cree que la vida de Tolkien puede ayudarnos hoy a enfrentar nuestras propias luchas?

–Creo que hay tres ámbitos en los que su eventual canonización podría ayudarnos: el ámbito profesional, el familiar y el de la amistad. En el profesional, por cómo supo vivir su vocación como cristiano, eligiendo bien los textos que estudiaba y enseñaba como experto en literatura medieval. En el ámbito familiar, por cómo sacó adelante una familia numerosa –tuvo cuatro hijos– en un ambiente no precisamente favorable al catolicismo.

Y quizá lo más valioso hoy es su manera tan profunda de vivir la amistad. Daba mucha importancia a cuidar a sus amigos, a preocuparse por la fe de cada uno de ellos. Hasta de adulto, casado y mayor, mantuvo la costumbre de reunirse una vez por semana con ellos.

Vivía estas relaciones no solo como entretenimiento, sino como una verdadera comunión espiritual, preocupándose del 'destino eterno' de sus amigos. C.S.Lewis, en parte, se convirtió al cristianismo gracias a Tolkien, quien siempre ayudó a los demás a vivir su fe.