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el poeta

Tras asistir a la Semana Santa sevillana, Campbell murió en un accidente automovilístico en PortugalCorbis via Getty Images

Roy Campbell, aquel poeta que declaró «España salvó mi alma» y dejó su huella en 'El Señor de los Anillos'

En medio del sufrimiento de la Guerra Civil, Campbell prometió que, si su familia y él se salvaban, traduciría al inglés los manuscritos del místico Juan de la Cruz que unos carmelitas le habían confiado antes de ser fusilados

Toledo, 31 de julio de 1936. Tensión y violencia en España. Apenas habían pasado unos días desde el estallido de la Guerra Civil, y la ciudad se sumía en el caos. Mientras unos milicianos registraban la casa del poeta sudafricano Roy Campbell, este solo pensaba en proteger el cofre con los manuscritos de san Juan de la Cruz que los carmelitas le habían confiado. Sin saber si saldría con vida, Campbell juró que, si su familia y él se salvaban, traduciría al inglés las obras del místico español.

Aquella promesa no solo marcó el inicio de una misión literaria, sino que unió su destino al de una España desgarrada por la guerra. En medio de la barbarie, el sacrificio de los carmelitas, como el del padre Eusebio, que puso a salvo el Santísimo Sacramento y aquellos documentos antes de ser fusilado, le inspiró a convertirse en un guardián de esa herencia espiritual.

En sus años posteriores, ya en territorio nacional, Campbell escribiría Flowering Rifle, (podría traducirse como 'Fusil en flor'), un poema que capturaba no solo la intensidad de la contienda, sino también la transformación que esta había operado en él. España, con su tragedia y su misticismo, no solo le había dado una misión; le había salvado el alma.

Un carácter indómito que inspiró a Tolkien

Nacido en 1901 en Durban, Sudáfrica, Roy Campbell pasó su juventud entre la vitalidad de su tierra natal y las oportunidades de Oxford, adonde llegó en 1919. Allí, el joven poeta destacó rápidamente en los círculos literarios que frecuentaban gigantes de la literatura como T.S. Eliot y cultivó amistades con figuras como Tolkien, Orwell y C.S. Lewis. Sin embargo, tras casarse con Mary Garman, devota lectora de santa Teresa de Ávila, su vida dio un giro hacia la fe. Establecidos primero en Gales y luego en la Provenza, el matrimonio comenzó a sumergirse en un estilo de vida que buscaba un retorno a la tradición y la trascendencia que el ambiente bohemio y chic inglés no les ofrecía.

Es aquí donde entra en escena España. En 1935, Roy Campbell y su esposa Mary llegaron a Altea, un pequeño pueblo alicantino donde dieron un paso crucial en su camino espiritual: toda la familia abrazó la fe católica. Bautizados por el párroco don Gregorio –asesinado meses después por milicianos–, el matrimonio encontró en España una forma de vivir que les devolvió el sentido de pertenencia que tanto habían buscado.

La decisión no fue casual; tras años buscando una vida sencilla y auténtica, su experiencia en Francia y su fascinación por las tradiciones españolas lo llevaron a sellar su compromiso con la fe y la cultura del país. Roy Campbell siempre fue un hombre sin complejos, ajeno a las imposiciones sociales y a la búsqueda de la aprobación ajena. En su biografía España salvó mi alma, Joseph Pearce retrata cómo, fiel a su carácter, Campbell no dudó en comprometerse profundamente con España y sus valores cuando estalló el conflicto bélico.

Además, este hombre singular, que desafiaba las normas, sirvió de inspiración a Tolkien para crear al caballero Aragorn, personaje de El Señor de los Anillos. Su actitud independiente lo convirtió en un personaje incómodo para quienes apostaban por el conformismo, y su conversión al catolicismo en 1935, en plena Guerra Civil, solo incrementó las críticas del mundo literario anglosajón.

San Juan de la Cruz salva su vida

En 1936, Roy Campbell y su familia se establecieron en Toledo, ajenos a la grave prueba que les deparaba. Apenas convertidos al catolicismo, vieron cómo su nueva fe se veía puesta a prueba con la llegada del conflicto. En marzo de ese mismo año, estrecharon lazos con el monasterio carmelita de Toledo, y fue en ese contexto cuando los monjes buscaron refugio en su casa, huyendo de la violencia.

A medida que la guerra avanzaba, la situación se tornó aún más peligrosa. El 21 de julio, cuando las fuerzas republicanas se acercaron a Toledo, los carmelitas acudieron nuevamente a la familia Campbell, esta vez con un propósito distinto: proteger los archivos de la orden, incluidos los documentos personales de san Juan de la Cruz.

Roy Campbell con su familia en Toledo

Roy Campbell con su familia en Toledo

Cuando los milicianos registraron su casa el 31 de julio, los Campbell temían que el baúl fuera descubierto. Con fiereza, Roy rezó al místico español, prometiendo traducir sus obras al inglés si su familia y el tesoro se salvaban. Por suerte, los soldados pasaron por alto el baúl, y los Campbell lograron escapar. Cumpliendo su promesa, Roy llevó a cabo las traducciones, las cuales fueron aclamadas por la crítica.

Pearce, en un artículo publicado en The Imaginative Conservative, señaló cómo Campbell, con su valentía y convicciones, se convirtió en un testimonio vivo de resistencia en tiempos de persecución y cómo, a través de su lucha, España también desafió esa tendencia, convirtiéndola en un firme compromiso con la fe.

Extracto del artículo de Joseph Pearce

El poeta Roy Campbell declaró que España era «un país al que le debo todo por haber salvado mi alma» [...]. Como nos recuerda J.R.R. Tolkien, la Historia es la Larga Derrota, con sólo ocasionales destellos de la Victoria Final. A lo largo de los siglos, España ha hecho más que ninguna otra nación para luchar contra la Larga Derrota y, con su heroísmo, nos ha mostrado muchos destellos fugaces de la Victoria Final.

Todos los cristianos comparten la deuda de Roy Campbell con España. Es un país al que debemos todo porque, a través de las abundantes gracias que le han sido concedidas, ha salvado el alma cristiana de Europa.
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