En las cercanías de Vera de Moncayo, se halla desde el siglo XII el primer monasterio cisterciense de Aragón. Como la orden, que surge de una escisión de Cluny, viene de Francia, en España tiene sobre todo presencia en el norte: Cataluña, Aragón, La Rioja, Catilla y León, Cantabria, Galicia... Nada más llegar, recibe a los visitantes una muralla de un kilómetro que deja dentro del recinto monástico todo lo que los monjes necesitaban: el agua, el molino y el huerto. Su iglesia, sobria pero de grandes proporciones, casi como una catedral, tardó 250 años en ser construida. Los monjes del Císter habitaron Veruela hasta 1835, cuando quedo abandonado con la Desamortización de Mendizábal. Entonces, se convirtió en un lugar de retiro y vacaciones. En el año 1863, fue a parar allí Gustavo Adolfo Bécquer con su hermano, y es en Veruela donde está inspirado Cartas desde mi celda.