Juan Ignacio Arrieta: «Con Franco, el Gobierno presentaba tres nombres de obispos y el Papa decidía»
El Secretario del Dicasterio para los Textos Legislativos, Juan Ignacio Arrieta, cree que mientras se conserven las «cosas esenciales» de la Iglesia, la adaptación cultural no supone un problema para la misión evangélica
La llamada «sinización» de la Iglesia en China, es decir, la adaptación de la fe al contexto cultural y social del gigante asiático, en sí misma «no es un problema». Así lo afirma a Agencia Fides el obispo español Juan Ignacio Arrieta, Secretario del Dicasterio para los Textos Legislativos, pero añade que lo importante es que en esta adaptación se conserven las «cosas esenciales» que caracterizan la naturaleza propia de la Iglesia, y que en realidad muy «pocas», frente a la dificultad que, en tantas ocasiones, creemos introducir en las circunstancias relativas a la misión evangélica.
Desde 2003, Juan Ignacio Arrieta es decano del Instituto de Derecho Canónico San Pío X de Venecia. En febrero de 2007 fue nombrado Secretario del Consejo Pontificio (ahora Dicasterio) para los Textos Legislativos.
Arrieta afirma que la Iglesia católica, en su labor, «siempre ha reconocido la legitimidad y también la necesidad de incorporar elementos tomados del contexto de cada país, y expresiones tradicionales de cada cultura», con la condición de que tales adaptaciones no comprometan u oculten las «cosas esenciales», los factores genéticos constitutivos que plasman la identidad de la Iglesia católica, y la actuación que le es propia, llevar a Jesucristo donde no es conocido.
Acuerdo entre China y la Santa Sede
En este sentido, el Secretario del Dicasterio para los Textos Legislativos también ha comentado el Acuerdo Provisional entre la República Popular China y la Santa Sede sobre los nombramientos de obispos chinos, firmado en septiembre de 2018 y renovado por segunda vez el pasado mes de octubre.
El Acuerdo sobre los Procesos de Nombramiento Episcopal en China - señala Monseñor Arrieta - pretende garantizar que los nombramientos de obispos al frente de las comunidades católicas se realicen «de mutuo acuerdo entre el gobierno chino y el Papa», quien, según lo que también define el Código de Derecho Canónico, tiene la prerrogativa de nombrar libremente a los obispos o de confirmar «a los que han sido elegidos legítimamente» (canon 377, §1).
El obispo Arrieta señala también que en las relaciones establecidas para firmar el Acuerdo y verificar su aplicación concreta, la Santa Sede y «las autoridades legítimas del pueblo chino» se reconocen recíprocamente como interlocutores.
No es novedad en la Iglesia
En la entrevista, el Secretario del Dicasterio para los Textos Legislativos señala además, que la participación directa de las autoridades civiles en los procedimientos de nombramiento de los obispos católicos «no es ciertamente una prerrogativa china ni una novedad en la historia de la Iglesia».
En este sentido, monseñor Arrieta recuerda lo que ocurrió en España en la época de Francisco Franco, cuando para elegir a los obispos españoles «el Gobierno presentaba tres nombres, y el Papa elegía».
El obispo vasco confiesa que lleva 20 años cultivando relaciones e intercambios con «amigos chinos» y que ha visitado China, quedando impresionado por este pueblo «con una cultura milenaria». Arrieta añade que no está implicado oficial y directamente en las relaciones de la Santa Sede con los representantes del gobierno chino, y al mismo tiempo reafirma su compromiso de trabajar según sus propias competencias para aumentar la confianza en las relaciones entre la Santa Sede y Pekín, cultivando relaciones culturales y de amistad también con estudiosos y académicos chinos.
Monseñor Arrieta hace referencia a sus esfuerzos por difundir el estudio del derecho eclesiástico en China, con el fin de ofrecer vías de reflexión y profundización a los interesados en las normas de derecho civil relativas a las comunidades de creyentes en China.
Relaciones con China
En su ensayo dedicado a los aspectos organizativos de las relaciones Iglesia-Estado en China, contenido en el volumen titulado El acuerdo entre la Santa Sede y China, el obispo Arrieta, refiriéndose a las vicisitudes del catolicismo chino, atestigua cómo «el derecho canónico, por su elasticidad, sigue siendo capaz de resolver ahora, como lo ha hecho a lo largo de los siglos en diferentes culturas y situaciones históricas, los problemas que puedan surgir, respetando sólo los elementos esenciales de la teología de la Iglesia», y haciendo en los países una pastoral más dinámica.