Diez años del Papa Francisco
Una visión diferente de Francisco: hablan diez monjas contemplativas
Las religiosas de clausura son esas «divisiones» desconocidas con las que cuenta el Papa para cumplir su misión y que Stalin desconocía
«¿Cuántas divisiones tiene el Papa?», preguntó Iósif Stalin al ministro de Asuntos Exteriores de Francia en 1935. Quien hoy planteara esta pregunta al Papa Francisco podría recibir una respuesta sorprendente. El obispo de Roma considera como su arma «escondida» la oración de esas divisiones de mujeres, de diferentes órdenes religiosas, consagradas totalmente a Dios desde la clausura de sus monasterios y conventos.
El Debate ha conversado con diez de estas mujeres contemplativas para plantearles una pregunta muy directa: «¿Qué ha supuesto para usted y su comunidad estos 10 años de pontificado de Francisco?».
Diez respuestas que revelan algo prácticamente desconocido: la extraordinaria relación de complicidad entre este pontífice y las monjas de clausura.
- 1. Madre María Anunciación Ros. Abadesa de las Benedictinas de Sahagún, León.
«Francisco es el Papa del diálogo y la empatía con el ser humano inseguro, desnortado y sufriente y con un mundo enfrentado y dividido. El Santo Padre mira al ser humano y al mundo con el corazón, no solo con la razón. Es un hombre que quiere la paz y la unidad de los pueblos y las distintas religiones y credos, que se arrodilla ante los que sufren en cualquiera de las pobrezas».
- 2. Madre María Rocío de Jesús. Monjas Mínimas de Daimiel, Ciudad Real.
«Con su suma sencillez y transparencia, el Papa Francisco, transmite al mundo la alegría del seguimiento de Jesús. Con suma sencillez, transparencia y coherencia, testimonia la alegría que supone seguir a Jesús, la maravillosa realidad de la comunión eclesial».
- 3. Madre Abadesa Ernestina. Monjas Benedictinas de Santa María de Carbajal, León.
«Como monja contemplativa y de oración, me llama la atención su forma de orar, que es vivir, y yo encuentro ahí mi oración: responder a la vida como lo hace él, con coherencia. Es un hombre que da ejemplo, viviendo la realidad y responde constantemente a la realidad desde una coherencia evangélica admirable, sin miedo a nada ni a nadie. Es una bendición para toda la humanidad y para este tiempo que tanto necesitamos vivir con responsabilidad, vivir de forma contemplativa, con esa mirada profunda a las cosas que nos lleva a Dios».
- 4. Hermana Gemma de la Trinidad. Agustinas Descalzas, Benigánim.
«Siendo hija espiritual de Benedicto XVI, el Papa Francisco es el Papa. Me duele en el alma, que se haya hecho bandera del Papa Benedicto frente al Papa Francisco. El Papa Francisco es un buen Papa. Hemos de ser más abiertos para saber la importa de cada Papa. Es un hombre que se ha hecho cercano, que ha abierto los ojos a toda la realidad, a las periferias, que nos acostumbrábamos a ver, sin cuestionarnos nada. Nos ha enseñado que todo eso está ahí: la reivindicación de los pobres es necesaria. Vivimos en una sociedad deshumanizada y la voz del Papa es clara: es un lugar donde nos encontramos a Cristo. Es un Papa que valora la oración».
- 5. Sor María Soledad. Tercera Orden Regular Franciscana de Carrión de los Condes, Salamanca.
«El Papa Francisco, para las monjas de la Tercera Orden Regular Franciscana como para todas, es el vicario de Cristo. El Papa Francisco es una persona elegida por el Espíritu Santo, muy peculiar. Y digo muy peculiar porque estamos acostumbrados a ver otro tipo de papas, muy intelectuales o con mucho don de gentes. De este Papa yo destacaría cualidades humanas, como son la cercanía, la sencillez, la espontaneidad y, aparte, se puede ver mucha humildad y mucha sabiduría. Lo de la sabiduría es porque se ha atrevido a revolucionar el mundo de la vida conventual, cambiando las leyes. El Santo Padre ha visto que ahora hay otra forma de ver la vida, la Iglesia, también en la vida contemplativa. Con la constitución apostólica «Vultum Dei quaerere» (2016) y la instrucción «Cor Orans» (2018), nos ha invitado a la desinstalación, nos ha ayudado a convencernos más de nuestra condición de peregrinas, peregrinas que tienen que dejar su casa, su ambiente, para irse a otro lugar desconocido como Abraham. El Papa ha hecho esto para ayudarnos en el seguimiento de Cristo, llevar una vida más fraterna, más sinodal. Es un apóstol de la misericordia y de la acogida con los demás. Ha obrado el Papa con gran sabiduría, aunque a las monjas nos ha costado un poco entender esto. Cuando con el tiempo ves que has hecho ese destierro, ese éxodo, te das cuenta de que era la voluntad de Dios y cómo te abre caminos. Doy gracias a Dios por el Papa Francisco y por querer tanto a las monjas y ayudarnos desde la raíz a desprendernos, a vivir más en Cristo, a vivir mejor y con más fraternidad».
- 6. Sor María Gracia. Jerónimas del monasterio de Santa Marta, Córdoba.
«Me parece un Papa pegado al Evangelio, humilde y sencillo. Muy entregado a los pobres, como Jesús, el Señor. Es un amante de la Sagrada Escritura, como San Jerónimo. En el XVI centenario de la muerte de San Jerónimo, escribió la carta apostólica «Scripturae Sacrae affectus» (2020), en la que nos invita a vivir de la Sagrada Escritura. Pide a los jóvenes que salgan en busca de lo que San jerónimo nos dejó. También es objeto de su atención la Fraternidad universal».
- 7. Sor Inmaculada Redondo García. Dominicas Contemplativas Trujillo.
«El Papa Francisco para nosotras es una riqueza en lo que atañe a nuestra vivencia contemplativa, a través de sus documentos sobre la vida consagrada. Nos ha despertado en la dimensión humanitaria del compartir. En la realidad que vive hoy parte de la humanidad amenazada por el hambre, el Papa Francisco ha desplegado en estos diez años la conciencia de los hombres y mujeres de nuestro mundo para compartir con quien más lo necesita».
- 8. Sor Arminda. Orden de la Inmaculada Concepción, Toledo.
«El Papa Francisco, para nosotras las Concepcionistas, ha sido muy importante. Durante sus 10 años, se han beatificado a 14 mártires concepcionistas, que fueron asesinadas durante la persecución religiosa en España. Además, les dedicó el rezo del Ángelus del domingo siguiente. Con esto el Santo Padre invitaba a los hijos de la Iglesia a ser fuertes y perseverantes cuando nos llegue la prueba. Para nosotras fue un regalo de Dios».
- 9. Hermana Marie-Pía. Hermanas María Stella Matutina de Almonacid, Toledo.
«Nuestro carisma es contemplativo, pero sin clausura monástica, centradas en el trabajo manual y el estudio. Hemos salido de unos momentos muy duros, y con la confianza en Dios y la ayuda del Santo Padre hemos podido salir adelante, ya somos una realidad eclesial más. El Papa confió en nuestra obra. Gracias al Santo Padre, podemos ser otro mensaje de vida contemplativa. Este Papa, como nosotras, vive el misterio de la Virgen María. El Papa Francisco entendió, en nuestras constituciones, que nuestra vida contemplativa está abierta a la acogida monástica, con todos a los que acogemos en nuestras hospederías. ¡Feliz décimo aniversario Santo Padre!».
- 10. Madre Eladia de Jesús. Monasterio de San José, Carmelitas de El Rosal, Pontevedra.
«El Santo Padre Francisco nos ha transmitido sentido del humor para sentirnos interiormente más libres. Nos ha ayudado a reírnos de nosotras mismas, en nuestro día a día en el monasterio. El camino de la alegría es el camino del gozo y eso es lo que nos inspira el Papa Francisco. Como nuestra santa fundadora, el Papa nos llama a la obediencia, a sentirnos frágiles y pequeñas. Nos ha enseñado humildad».
- La renovación de Francisco
Hemos querido concluir estos testimonios pidiendo a su parecer a un sacerdote que dedica su vida al apoyo de los monasterios de clausura, el padre Juan Carlos Ortega, director del Instituto Pontificio Claune, erigido por la Santa Sede para la promoción de la vida contemplativa.
«Para un creyente diez años de un pontificado significan muchas gracias de Dios regaladas a su Iglesia. Gracias que no pueden ser enumeradas sin riesgo de dejar algo fuera muchas de ellas. Con la certeza de desvirtuar la acción divina, diría que el mayor don que el Espíritu Santo ha otorgado a la Iglesia durante estos diez años es el regalo de una pastoral renovada para vivir la fe de siempre en la cultura y sociedad de hoy. Francisco es principalmente un Papa pastor, que presenta al mundo de hoy la fe perenne de la Iglesia para que aquellos corazones que la acogen y viven sean transformados, como ocurrió en los veinte siglos anteriores».