Los salesianos exigen a la comunidad internacional que actúe en Sudán y deje de ser «espectador»

La capital de Sudán se ha convertido en una ciudad fantasma y el conflicto se ha extendido ya a otras regiones del país. La comida escasea, hay cortes de electricidad y de agua y se producen enfrentamientos entre el Ejército y las fuerzas paramilitares por todos los barrios de la capital. Ante esta situación sólo quedan dos opciones: encerrarse en casa o huir del país. La segunda opción es la que cobra más fuerza en las últimas jornadas, y también la que ha dado pie a largas y peligrosas rutas de huida hacia Chad, Sudán del Sur y Etiopía de las que se están aprovechando las mafias. Los misioneros salesianos continúan en las dos obras que tienen en Jartum con la confianza de que la situación mejore para poder ayudar a la población.

500 muertos, 4.000 heridos

«La situación en Jartum está fuera de control. El Ejército está patrullando las calles, entrando en las casas y usando a la población como escudos humanos para acabar con los paramilitares…», explica un misionero salesiano desde la capital del país con el sonido de los disparos de fondo. «El personal diplomático se ha marchado de la capital, pero los misioneros salesianos nos hemos quedado. A lo que nos enfrentamos ahora, además de a la inseguridad y a la violencia, es a la escasez de alimentos».

Los Salesianos cuentan que «el lunes cayó otra bomba cerca de nuestro centro de formación profesional en la capital y la escasez de comida, agua, medicinas, electricidad y combustible es cada vez mayor». Además, cada vez están más incomunicados: «Desde el pasado domingo, además, los cortes en los servicios de internet y de teléfono son cada vez más continuos y duraderos», añaden.

Desde el inicio de los enfrentamientos, el pasado 15 de abril, han muerto más de 500 personas y más de 4.000 han resultado heridas, según la ONU. Las escaramuzas iniciales en algunos barrios desembocaron en luchas abiertas y bombardeos en Jartum, que se convirtió en el epicentro de la lucha entre el líder del Ejército y el del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido.

La capital del país, que siempre ha sido un refugio para quienes huían de la violencia en los países vecinos, se ha convertido, de repente, en el epicentro de un éxodo masivo en busca de seguridad. Naciones Unidas habla de miles de personas que han huido de los combates hacia Chad, Sudán del Sur y Etiopía en los últimos días, y una previsión que se acerca a 150.000 personas desplazadas si no se frena el conflicto en los próximos días.

El Centro de Formación Profesional San José de los Salesianos en Jartum tiene 500 jóvenes inscritos este semestre. Con los primeros disparos se vieron obligados a evacuar a los alumnos y a cerrar sus puertas. «Nuestra escuela técnica está a cuatro kilómetros del aeropuerto, a tres kilómetros del palacio presidencial y una de las bases de las Fuerzas de Apoyo Rápido también está a dos kilómetros de nosotros, por lo que estamos en medio del conflicto en la capital», comenta uno de los misioneros salesianos.

Los misioneros salesianos agradecen, desde Jartum, «las muestras de solidaridad que nos llegan y las oraciones por la solución pacífica del conflicto. Nuestra intención es continuar aquí, si la situación lo permite, para poder ayudar a la población».

Presencia salesiana en Sudán

Los Salesianos llegaron a Sudán en 1980, por expreso deseo de la Santa Sede. El país cuenta con tres presencias salesianas: 1) El Centro de Formación Profesional ‘San José’, situado en la zona industrial de Jartum, con más de quinientos estudiantes. 2) La parroquia de San José, situada a unos 27 kilómetros al sur de Jartum, con más de 6.000 fieles. 3) El centro de formación profesional ‘Don Bosco’ de El Obeid, a unos 500 kilómetros de Jartum, con más de 400 alumnos. El CFP ‘San José’, al estar demasiado cerca de la zona de conflicto, sufre mucho más que las otras dos comunidades salesianas. Los hermanos de esta presencia salesiana han permanecido en el instituto a pesar de los ruidos de tiroteos y explosiones a gran escala.

Conflicto bélico

El conflicto enfrenta a las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF, en inglés), dirigidas por el actual presidente Abdel Fattah al-Burhan, y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, en inglés), dirigidas por el comandante Mohamed Hamdan Dagalo, ambos aliados hasta hace poco. Ambos trabajaron juntos para destituir al expresidente sudanés Omar al-Bashir en 2019 y desempeñaron un papel importante en el golpe militar de 2021. Las tensiones surgieron durante las negociaciones para integrar las RSF en las fuerzas armadas del país, como parte de los planes para restaurar el gobierno civil. El dilema era quién estaría subordinado a quién en la nueva jerarquía. Así comenzó una lucha por el dominio que maduró hasta convertirse en una guerra a gran escala entre ambos bandos. Ambos grupos están bien armados y cuentan con combatientes experimentados.