Jóvenes españoles llenan Lisboa al grito de «esta es la juventud del Papa»

Desde cualquiera de los balcones de la calle Sao Bento de Lisboa, a las 11 de la mañana, algunos vecinos han podido escuchar unas voces que entonaban: «Yo soy español, español, español». No es de extrañar. 75.000 jóvenes españoles se han inscrito para participar en la Jornada Mundial de la Juventud 2023, aunque posiblemente sean más los que finalmente acudan a la capital portuguesa. La organización ha calculado que por cada registrado, vendrán dos personas más.

Para los eventos principales de la JMJ con el Papa Francisco, se estima un afluencia de un millón de personas y están representados todos los países del mundo, a excepción de Maldivas, pero España ha batido el récord. Todos los jóvenes españoles han sido acogidos en la diócesis de Cascais, en cuyos polideportivos, escuelas, colegios y familias se alojan.

El peregrino español es reconocible: una bandera roja y amarilla en la espalda, en la muñeca y pintada en la cara. Se han tomado en serio aquello que dijo el Papa de «hagan lío» y van por Lisboa dejando claro que están orgullosos de su país y de su fe.

La mayoría vienen en grupos organizados por las parroquias, movimientos, colegios... pero también hay familias que han decidido traer a sus hijos. Un padre cordobés cuenta que tenían el viaje preparado desde hace un año. «Ya sabíamos que venía a Lisboa y como esta cerquita no queríamos perder la oportunidad de poder ver al Papa y sobre todo que los chicos vivieran esta experiencia», afirma. La mediana de sus tres hijos se reconoce que siente mucha ilusión. «Vamos a ver al Papa, que no le habíamos visto nunca», dice.

Cuando son preguntados cómo se sienten entre tanta gente tan distinta a ellos, pero tan similar a la vez algunos responden que «muy felices», otros que «muy agradecidos». «Con mucho calor, pero bien», dice una joven sevillana. «Es una experiencia inolvidable, irrepetible», confiesa otro peregrino, también de Sevilla.

Hay grupos de todas las comunidades y provincias, de todos los movimientos y órdenes. Han llegado a Lisboa en autobús, incluso hay quienes pasaron toda la noche en la carretera viajando. Las pocas horas de sueño y el cansancio de las largas horas caminando de un lado a otro se olvidan cuando la música empieza a sonar y en todos los idiomas se unen los peregrinos cantando el himno oficial de la jornada.

Los jóvenes españoles tienen muchas ganas poder pasar unos días disfrutando de las palabras y la cercanía del Papa Francisco. «La ilusión de conocer al Papa es lo que nos mueve hasta aquí», confiesa un joven y otro añade: «Tiene que estar orgulloso de su juventud porque está más viva que nunca».