De iglesia a museo y luego mezquita: cuatro templos turcos convertidos en la última década
Turquía replica el procedimiento de reapertura de mezquitas, cuestionándose el tratamiento de las obras de arte cristianas de su interior
Tras cuatro años de restauración, la antigua iglesia bizantina de San Salvador de Cora, situada en Estambul, reabrió sus puertas el pasado lunes como mezquita de Kariye. Este templo, que contiene una gran riqueza artística en frescos y mosaicos, no es el único que ha sido transformado en lugar de culto islámico por el Gobierno turco, liderado por Recep Tayyip Erdogan. El presidente de Turquía continúa, así, algo que ya hacían los otomanos allá por donde pasaban.
En la misma ciudad, las autoridades turcas decretaron el 10 de julio de 2020 algo similar con la basílica de Santa Sofía. Los trámites fueron similares: la mezquita se convirtió en museo en 1934. Sin embargo, el Consejo de Estado declaró ilegal el decreto que le concedía ese estatus. Fue entonces cuando Erdogan firmó el regreso de su dignidad de templo islámico. Dos días después, el Papa Francisco se mostró «muy dolido» por lo ocurrido.
Santa Sofía fue un templo cristiano desde el 360 hasta 1453, fecha de la toma de Constantinopla por los otomanos. Entre 1204 y 1261, fue catedral católica. Con la llegada de los turcos, pasó a ser mezquita.
Tras la caída del Imperio Otomano después de la Primera Guerra Mundial, en 1935 se decidió convertir en museo. Fue por esta condición por la que fue nombrada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1985. Tras su reapertura como templo islámico, pidió que se «abriera un diálogo sin demora» ante la «lamentable» falta de negociación sin un debate previo.
Trebisonda y Nicea
Bajo la titularidad de la misma santa, pero situada en Trebisonda, ocurrió algo similar con otra iglesia bizantina en 2013. Construida en el 1200 con la finalidad de acoger el cuto cristiano, pasó a manos otomanas en 1461. Durante el siglo XX se convirtió en un museo que contenía frescos con escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, descubiertos bajo una cobertura de yeso. Sin embargo, en 2016 la Agencia Fides denunció que esta obra había sido dañada en la remodelación del templo, siendo destruidos y volviéndose a tapar.
Nicea es una ciudad importante para el cristianismo, lugar de celebración de dos concilios ecuménicos. El primero fue en el año 325, cuando se levantó otra iglesia bajo la titularidad, de nuevo, de Santa Sofía. En ambas reuniones se discutieron, principalmente, dos cuestiones: la naturaleza divina de Jesucristo y la cuestión iconoclasta. Estos dos temas se entienden de manera totalmente contraria en el islam.
La iglesia fue destruida por un terremoto en el siglo XI, y se levantó otra vez en el mismo lugar, funcionando hasta la llegada de los otomanos en 1331, año en el que pasó a ser mezquita. En 1935 se transformó en museo y en 2011 reabrió de nuevo como lugar de culto musulmán.
El historiador y especialista en el imperio otomano, Fabrice Monnier, declaró en una entrevista en Le Figaro que no eran necesarios esos lugares de culto, pero «para los creyentes musulmanes de estas ciudades era una cuestión de principios».