En su programa de Radio María
Munilla: «No hay tanta diferencia entre un político secularizado de izquierdas o derechas»
El obispo de Orihuela-Alicante ha tildado de «cobardes» a los que pregonan la defensa de la vida en la oposición, pero no actúan cuando llegan al Gobierno
El presidente de Argentina, Javier Milei, se ha hecho notar en su visita a España. El obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, comentaba en X una afirmación del dirigente sobre la justicia social, a la que calificaba como «aberrante». «Deja patente la deriva de la nueva derecha trumpista, que está tan desarraigada del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia como lo está la izquierda heredera del marxismo», escribía Munilla.
Ante algunas críticas recibidas por su publicación, el prelado se ha explayado sobre el tema en su programa de Radio María, Sexto Continente. «Soy consciente de que es polémico, pero iluminar la realidad desde la Doctrina Social de la Iglesia nos exige poner puntos sobre las íes cuando algunas personas pueden molestarse», arrancaba.
Lo primero a lo que se debe acudir es a lo que el Catecismo de la Iglesia Católica entiende por justicia social, desgranado desde el punto 1928 hasta el 1948:
La justicia social (CIC 1928)
Denunciar y rescatar
Milei presentaba su libro, El camino del libertario, en cuyo acto mostró en repetidas ocasiones su desprecio por la justicia social. «La respuesta que le di es que ese rechazo deja patente una deriva de una nueva derecha que está desarraigada del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia, que le falta filosofía política. Este es el drama», decía el obispo.
En su exposición, Munilla era consciente de que la referencia que ha tenido el presidente argentino en su país es de «gobiernos socialistas que han invocado la justicia social, llevando al pueblo a una pobreza increíble». De esta manera, manipulaban el concepto para «fidelizar el voto, comprándolos por subsidios y haciendo que las clases estuvieran manipuladas».
El prelado reconoce que es comprensible el rechazo ante esta situación, pero tacha de «error gravísimo» su proceder. Lo ha ejemplificado con el maltratado concepto de amor, al que se refieren como «amor libre». «Quieren decir sexo libre y el tiempo ha demostrado que es un sexo esclavo», continuaba. Si la palabra amor está siendo manipulada, se debe denunciar esa tergiversación y «rescatar el verdadero amor». Lo mismo propone para la justicia social.
«Renunciar a ella es desligarte de todo un legado de filosofía política, de teología, que lleva a quien lo desprecie a caminar sin bagaje, teniendo una política meramente reactiva contra el marxismo. Construir una política desde el ‘estoy en contra de’ te hace ser muy vulnerable», proseguía.
La justicia social radica en Aristóteles, definiéndose como «la obligación moral que tenemos todos, el Estado también, de procurar el equilibrio y la equidad de la población, especialmente con las personas más desfavorecidas». Pese a la manipulación de las clases pobres, llevado a cabo por el marxismo, no se debe «despreciar el concepto». «La prueba es que el propio Javier Milei. Cuando ha llegado a gobernar, ¿ha anulado todo el sistema social de ayuda a los más débiles? Pues no, lo cual quiere decir que él mismo tiene claro que es importante», apuntaba Munilla.
La bandera del aborto
Ha afirmado que el grave problema que sufre la «nueva derecha a nivel internacional» es el ser «meramente combativa». «No ha sido formada en una doctrina social, en una visión del cristianismo». Además, aseguraba, que, debido al proceso de secularización que ha llegado a todos, un político secularizado de izquierdas o derechas no distan demasiado en su pensamiento, «aunque parezca que chocan».
En ese sentido, el obispo se ha referido al tema del aborto desde las derechas, quienes «se sirven de la causa provida cuando están en la oposición y cuando llegan al Gobierno son unos cobardes a la hora de ejecutar».
El mismo Milei, como ha mostrado con dos audios, en campaña se manifestaba en contra del aborto, mientras que, tras ser elegido presidente, afirma que la cuestión «no es una prioridad». En Francia, Le Pen «apoya la proclamación del aborto como un derecho humano». En Estados Unidos, Trump se manifestaba durante la campaña electoral en contra. Sin embargo, califica como un «terrible error» la ley del latido del corazón de DeSantis. Por último, en España, Rajoy «llegó al Gobierno incluyendo en su programa que iba a reformar a la baja la ley del aborto». Más tarde, continúa Munilla, «desautorizó a su ministro de Justicia», teniendo este que dimitir.
Ha expuesto que «uno de los problemas de nuestra falta de formación es también el hecho de que asumimos un lenguaje que es impropio, que no tiene fundamentos filosóficos», refiriéndose al término libertario, del título del libro del presidente argentino. El prelado aseguraba que el término sugiere una libertad «desvinculada de la verdad», mientras que se debe proclamar es el deber de la solidaridad con la gran familia, no solo de la nación como el «patriota» Milei predica, sino con «la humanidad». «Cor unum et anima una – un solo corazón y una sola alma - que decía san Agustín», concluía Munilla.