El pueblo español que tiene una Capilla Sixtina dentro del apodado El Escorial del Levante
Dentro de la iglesia del siglo XVII, la bóveda está completamente cubierta de frescos
El Escorial del Levante y la Capilla Sixtina alicantina se esconden tras los mismos muros, los de un colegio parroquial. El convento de Santo Domingo de Orihuela fue fundado en el siglo XVI por el cardenal Loazes. Tiene más de 15.000 metros cuadrados, lo que lo convierte en el monumento más grande de la Comunidad Valenciana.
Entre las muchas obras pictóricas que conserva en su interior –entre ellas uno de los pocos cuadros de Velázquez que se conservan fuera del Museo del Prado–, hay una conocida como la Capilla Sixtina de Alicante. Dentro de la iglesia del siglo XVII, la bóveda está completamente cubierta de frescos.
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La cubierta de la única nave que tiene el templo es obra de Bartolomé Albert, pintor español del barroco, que tardó once años en completar (de 1692 a 1703). En la bóveda, representó una gloria celestial con gran protagonismo de la música, inspirada en sendas obras del pseudo Dionisio Areopagita y Dante. En el muro del coro pintó una Anunciación en la que plasmó su obra. Por ello, se cree que con esta escena dio fin a los frescos de la bóveda.
El programa iconográfico del resto de la iglesia continúa el ciclo mariano, y según la documentación de la época debía completarse con óleos de parejas de santos dominicos. Lo único que se conserva de esta parte es el lienzo donde aparece santa Catalina de Siena y santa Rosa de Lima.
La obra del templo fue proyectada por Pedro Quintana en el siglo XVII, y posee una única nave cubierta por una bóveda de cañón y capillas laterales. La colorida y profusa decoración de los muros guía la vista hacia el altar, y tras él, el retablo mayor. Esta obra maestra del barroco representa escultóricamente la vida de santo Domingo de Guzmán, fundador de los dominicos.