China retira las cruces de las iglesias y cambia a Cristo por imágenes de Xi Jimping

Las autoridades chinas han ordenado la retirada de las cruces de las iglesias y se han sustituido las imágenes de Jesucristo y la Virgen María por retratos de Xi Jinping. Así lo denuncia un informe de la Comisión de los Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional, en el que se asevera que la política de «sinización de la religión» del Partido Comunista chino viola el derecho fundamental a la libertad religiosa.

En este mismo estudio, se detallan los esfuerzos de partido único por «ejercer un control total» sobre la Iglesia católica y otras confesiones con el fin de «erradicar los elementos religiosos por la fuerza» y subordinar sus creencias a la «agenda política del partido y la visión marxista de la religión».

Otra de las medidas la censura de textos religiosos. También se obliga a los clérigos a predicar la ideología del Partido Comunista chino y a que exhiban de consignas de la formación en las iglesias. Según indica la comisión, el Gobierno obliga a los grupos religiosos a inscribirse en asociaciones patrióticas. De esta manera, la Iglesia católica queda adscrita a la Conferencia Episcopal de la Iglesia en China, bajo el control de la Administración Estatal de Asuntos Religiosos y del Departamento de Trabajo del Frente Unido del Partido Comunista.

Todo aquel que no queda registrado en estos términos es considerado miembro de una secta y queda a disposición de la legislación antisectas china, una política que ha dado lugar a detenciones y encarcelamientos masivos. Esta normativa ha sido aplicada contra los católicos que se mantienen en la clandestinidad que no reconocen la autoridad de los miembros del clero respaldados por el Gobierno.

Este informe llega antes de que se renueve el acuerdo entre China y el Vaticano para el nombramiento de obispos en el país, que está previsto que se firme de nuevo antes de que acabe 2024. Las relaciones entre ambos Estados habían sufrido un parón en abril de 2023, cuando Pekín anunció el traslado de un obispo a Shanghái, la mayor diócesis católica de China y que no tenía obispo desde 2013, con una decisión unilateral que violaba el histórico pacto de 2018, renovado ya en dos ocasiones (cada dos años), para la elección de los obispos. Aunque posteriormente, el Papa Francisco aceptó el traslado.

Aunque se desconocen los detalles del acuerdo, el Papa ha explicado en algunas ocasiones que China presenta unos candidatos pero es él quien toma la decisión final. Dicho acuerdo había sido considerado un primer paso para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos Estados, que no existen desde 1951 y, sobre todo, para unificar la Iglesia católica, que se dividía entre los obispos afines a las autoridades y los que estaban considerados como una iglesia clandestina.