Aumenta la persecución contra los cristianos en todo el mundo
En el 60 % de los países analizados, las violaciones de los derechos humanos de los cristianos habían aumentado desde el último informe de 2022
En tan solo dos años, la persecución contra los cristianos ha aumentado de manera significativa en todo el mundo. Así lo constata el último informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada, que la fundación pontificia ha presentado ante el Parlamento británico. Entre 2022 y 2024, han analizado 18 países clave de todo el mundo y los resultados han sido recogidos en el documento ¿Perseguidos y olvidados?, sobre los cristianos perseguidos a causa de su fe 2022-24. En este se recogen testimonios de algunas de las víctimas de ataques con motivos religiosos a los que Ayuda a la Iglesia Necesitada tuvo acceso gracias a sus contactos locales.
«El aumento del acoso a los cristianos por motivos religiosos es mayor que nunca», se advierte en el informe. Según han concluido, en el 60 % de los países analizados, las violaciones de los derechos humanos de los cristianos habían aumentado desde el último informe, el de 2022. Los autores de estos ataques son tanto institucionales y públicos, como provenientes de grupos privados, incluidos extremistas religiosos y grupos criminales.
Los arrestos son el tipo de violencia y persecución más habitual, y cada vez más a menudo están provocados por acusaciones de blasfemia contra otras religiones. También mencionan los desplazamientos forzados y la deportación, la confiscación de lugares de culto, las conversiones y matrimonios forzosos y la intimidación y secuestro. Por otro lado, desde Ayuda a la Iglesia Necesitada quieren llamar la atención sobre los casos de aplicación de dobles estándares legales en algunos países, donde se imponen a los cristianos mayores restricciones que a otras religiones.
Abordan también las consecuencias de esta persecución contra los creyentes, tanto para ellos como para los países de los que proceden. Entre otras, ponen el énfasis en que la migración de cristianos «plantea dudas sobre la supervivencia a largo plazo de la Iglesia» en las regiones donde se ha llevado a cabo la investigación. El ejemplo más claro, según mencionan, es Siria, donde antes de 2011 vivían un millón y medio de cristianos y hoy apenas quedan 250.000; o también Burkina Faso, donde uno de cada diez cristianos se ha visto obligado a trasladarse por la persecución religiosa.