El monasterio español que más reliquias guarda del mundo, después del Vaticano
740 relicarios fueron legados por la Reina Margarita de Austria-Estiria, pero desde 1616 la colección de estas agustinas recoletas no ha dejado de crecer
Rejas afiladas y muros de ladrillo y piedra dan cobijo al mayor número de reliquias que se conservan en un mismo espacio, después del Vaticano. Con tres escalones de entrada, se accede a un pequeño patio y tres arcos forman el atrio de la iglesia de esta comunidad madrileña. En el centro de la capital, a escasos metros del Palacio Real, está desde 1616 el monasterio de la Encarnación.
Felipe III y Margarita de Austria-Estiria fueron sus fundadores, aunque la obra se llevó a cabo por deseo expreso de la Reina, que tras ver las Descalzas Reales, que había ordenado construir Juana de Austria, quiso dejar su propia huella en el tejido urbanístico y espiritual de Madrid.
Desde entonces, las agustinas recoletas que lo habitan ha ido atesorando reliquias de santos, vírgenes, mártires y confesores. A día de hoy superan los 1.000 los restos de todas estas personas de Iglesia, desde santa Inés hasta mártires del siglo XX. Muchas de ellas fueron legadas por la Reina Margarita, en concreto 740 relicarios, pero la colección no ha dejado de crecer desde entonces.
La esposa de Felipe III les encomendó a las religiosas de la Encarnación la custodia de las reliquias, para que rezaran de forma permanente ante ellas. La primera priora de la comunidad fue la fundadora de las agustinas recoletas, Mariana de San José, que después sería considerada una de las grandes místicas del Siglo de Oro español.
Esta misma monja fue la encargada de vigilar la obra, que se llevó a cabo entre 1611 y 1616. El edificio, diseñado por el arquitecto real Juan Gómez de Mora, es el mejor ejemplo de arquitectura de los Austrias tras la construcción de San Lorenzo del Escorial.
Entre las celdas y demás estancias, hay una que destaca sobre el resto, además del relicario. El salón de Reyes se diseñó para colgar todos los cuadros de personajes de la Casa de Austria vinculados con las Fundaciones Reales. A diferencia del Vaticano, este relicario se puede visitar y contemplar en primera persona un corazón de plata con el omóplato y un paño de santo Tomás de Villanueva o el arcón de madera donde se encontró un manuscrito inédito de Teresa de Jesús cinco siglos después de su muerte.