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Papa Francisco y el próximo cardenal Vérgez

Papa Francisco y el nuevo cardenal Fernando Vérgez

Un preso del comunismo y un diplomático, los modelos a seguir del Papa para los nuevos cardenales

El Papa ha presidido la creación de 20 nuevos cardenales, por lo que ya son 227 el número de purpurados. De ellos, 132 podrán elegir al próximo Pontífice al ser menores de 80 años

El Papa Francisco ha presidido en la Basílica de San Pedro la creación de 20 nuevos cardenales de la Iglesia Católica. Un grupo que eleva a 227 el número de purpurados, de los que 132 podrán ser electores en un próximo cónclave para elegir al futuro pontífice, al ser menores de 80 años.

En la homilía de la ceremonia, el Papa Francisco ha presentado a los cardenales dos ejemplos de desempeño de su labor muy lejanos entre sí. De una parte el cardenal Agostino Casaroli, conocido por su política de apertura al diálogo con las dictaduras comunistas del Este de Europa durante el final de la Guerra Fría. Y de otra al cardenal Van Thuan, encarcelado por los comunistas en Vietnam durante nueve años, y que fue capaz de convertir a muchos compañeros de prisión y a sus propios carceleros.

Del cardenal Casaroli, el Papa ha recordado también que, pese a desempeñar una notable labor diplomática en la Secretaría de Estado, no descuidaba la labor pastoral. Según Francisco, «a los ojos de Dios, igualmente tuvieron gran valor las visitas que regularmente hacía a los jóvenes detenidos en una cárcel para menores de Roma, donde lo llamaban ‘Don Agostino’».

A todos los nuevos cardenales, el Papa les ha pedido «mansedumbre, fidelidad, cercanía y ternura», para hacer que muchos disfruten de la presencia de Jesús vivo en medio de nosotros. «Una presencia tan evidente, incluso en el misterio, que ni siquiera es necesario preguntar quién eres. Porque el mismo corazón nos dice que es Él, el Señor».

Al hablar del fuego del Espíritu Santo, el Papa también ha querido mencionar al recientemente canonizado Charles de Foucauld, quien «centró toda su atención en la presencia, tanto la presencia de Jesús vivo en la Palabra y en la Eucaristía, como en la propia presencia del santo, que era fraterna, amigable y caritativa».

El Papa ha asegurado que «un cardenal ama la Iglesia, siempre con el mismo fuego espiritual, ya sea tratando las más altas cuestiones, como ocupándose de las más pequeñas. Ya sea encontrándose con los grandes de este mundo, como con los pequeños, que son grandes delante de Dios».

En la ceremonia ha estado presente el cardenal Angelo Becciu, quien pese a haber renunciado a los derechos como cardenal, ha sido invitado por el Papa Francisco. El hecho ha levantado críticas en el Vaticano, ya que Becciu se encuentra imputado en un proceso por malversación de fondos de la Secretaría de Estado. Su presencia, con la invitación personal del Papa, siembra dudas sobre la independencia judicial en este pequeño Estado.

El Papa Francisco se desplaza este domingo a la ciudad de L’Aquila, donde inaugurará la ‘Perdonanza’ en la Basílica de Collemaggio. Se trata de una jornada de misericordia instituida por el Papa Celestino V, quien se encuentra enterrado en ese templo. Aquí estuvo también el Papa emérito, Benedicto XVI, y todos recuerdan que ambos pontífices presentaron su renuncia al cargo. Por ello, al anunciar este visita surgieron rumores sobre una posible renuncia de Francisco.

Los nuevos cardenales y los que ya formaban parte del Colegio Cardenalicio se reunirán en Consistorio durante el lunes y el martes de esta semana. El Papa Francisco quiere analizar con ellos los cambios de la nueva Constitución Apostólica por la que ha reformado la Curia. Será una buena oportunidad para facilitar la relación entre cardenales de todas las partes del mundo. De entre ellos saldrá, con casi toda seguridad, el próximo Papa.

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