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Papa Francisco

Cerca de 50.000 fieles celebran el centenario del fundador de Comunión y Liberación en el Vaticano

El Papa Francisco pide a CL evitar «divisiones y enfrentamientos», además «reconoce la genialidad teológica y pedagógica de don Giussani»

Cerca de 50.000 personas se han dado cita este sábado en la Plaza de San Pedro para celebrar el centenario del nacimiento del fundador de Comunión y Liberación, don Luigi Giussani. Tras varias horas de oración y música, en un clima festivo, el Papa ha apelado a la unidad de la institución, que atraviesa un periodo de transición. Francisco ha llamado a «amar y preservar la unidad de vuestra ‘compañía’. No dejéis que vuestra Fraternidad sea herida por divisiones y enfrentamientos, que le hacen el juego al maligno».

El Papa ha recordado que en muchas instituciones de la Iglesia es normal que, tras la muerte del fundador, se produzca una cierta crisis, un momento de incertidumbre. Pero también «los momentos difíciles pueden ser momentos de gracia y de renacimiento». De hecho, recordó cómo Comunión y Liberación nació en tiempos de crisis, en el año 1968. Pero es algo que, lejos de asustar a don Giussani, supo «afrontarlos con coraje evangélico, fe en Cristo y comunión con la madre Iglesia».

Ante una Plaza de San Pedro llena de fieles, como no se veía hace tiempo, el Papa se mostró satisfecho de ver cómo «vuestro movimiento no pierde su capacidad de reunir y movilizar». Un hecho que quiso agradecer, porque demuestra «vuestra comunión con la Sede Apostólica y vuestro afecto por el Papa».

Francisco se sumó a la celebración con un agradecimiento personal por el bien que le ha hecho don Giussani, a través de algunos de sus libros. Pero también como pastor de la Iglesia Universal, «por todo lo que ha sabido sembrar y difundir por el bien de la Iglesia». De hecho, consideró que «la Iglesia reconoce la genialidad pedagógica y teológica» de don Giussani, desarrollada en un carisma que ha recibido del Espíritu Santo.

Tiempos de renovación

Tras esta introducción, que ponía sobre la mesa el sincero aprecio por la obra de don Giussani, el Papa recordó que «no han faltado problemas serios, divisiones, e incluso un empobrecimiento de la presencia de un movimiento tan importante como Comunión y Liberación, del que la Iglesia y yo mismo, esperamos más, mucho más».

Ante esta situación, el Papa afirmó que los tiempos de crisis son «tiempos de recapitulación de vuestra extraordinaria historia de caridad, de cultura y de misión», así como «tiempos de discernimento crítico de aquello que ha limitado la potencialidad fecunda del carisma de don Giussani». En definitiva, considera que deben ser «tiempos de renovación y relanzamiento misionero a la luz del actual momento eclesial».

Añadió que «seguramente don Giussani está rezando por la unidad en todas las articulaciones de vuestro movimiento» y les animó a respetar la diversidad, ya que la unidad no supone uniformidad. Pero, a partir de ahí, es preciso «que la unidad sea más fuerte de las fuerzas dispersivas o de dejarse arrastrar por viejas contraposiciones». Se trata de «no perder vuestro tiempo precioso en críticas, desconfianza y enfrentamientos».

Al terminar sus palabras, el Papa Francisco quiso pedir una ayuda concreta. Invitó a los miembros de Comunión y Liberación a «acompañarme en la profecía de la paz», en la profecía que indica la presencia de Dios en los pobres, en cuantos son abandonados, vulnerables, condenados o apartados en la construcción social. «Arda en vuestros corazones esta santa inquietud profética y misionera» concluyó.

Por su parte, el presidente de Comunión y Liberación, Davide Prosperi, mostró su agradecimiento al Papa y al Dicasterio de los Laicos por su acompañamiento en este periodo. Aseguró que, «junto a los otros responsables y a todo el movimiento, seguimos con atención las indicaciones de la Santa Sede para que el carisma que el Espíritu Santo ha donado a don Giussani para toda la Iglesia produzca siempre nuevos frutos».