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Pope Benedict XVI, centre,  is escorted by the Rabbi of the Western Wall Shmuel Rabinovitch, centre right, during his visit to the Western Wall, Judaism's holiest site, in Jerusalem's Old City, Tuesday, May 12, 2009. The Pope is on a five-day visit to Israel and the Palestinian Territories.

Benedicto XVI, junto al rabino Shmuel Rabinovitch, en la ciudad vieja de Jerusalen, el 12 de mayo de 2009.GTRES

Benedicto XVI, el Papa aliado de la ciencia, la filosofía y el pensamiento

Solo la verdad hace libres, y solo con la razón se puede alcanzar la paz y el respeto de la persona y del medio ambiente, afirmaba el Papa–profesor Joseph Ratzinger

Fue considerado por parte de algunos como una respuesta al atentado a las neoyorkinas Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001. Me refiero al discurso del papa alemán en Ratisbona, la ciudad junto al Danubio donde enseñó como profesor en los años setenta. Hay quien vio en una cita refutada del discurso un ataque irrefutable al islam. Sin embargo, Karl Lehmann, entonces presidente de la conferencia episcopal alemana, afirmó que el tema tratado no era el islam sino la razón. Esas líneas hablaban –si se leen bien– de paz, razón y diálogo, y no tanto de cruzada, guerra santa y choque de civilizaciones. El discurso de Benedicto XVI que tanto revuelo levantó venía sobre todo a recordar de modo paradójico una constante: la importancia de la razón –junto con el amor– en el cristianismo, la religión del logos y del ágape. Así, la racionalidad es un principio que la religión cristiana comparte con la Ilustración y la modernidad desde hace mucho tiempo. Sin embargo, el tema ha transcendido después las fronteras europeas y occidentales.

El cristianismo quiso aliarse desde los primeros momentos con la ciencia, la filosofía y el pensamiento

La victoria de la razón

El conocido filósofo Jürgen Habermas denunció en marzo de 2007 en el Neue Zürcher Zeitung el tono «antimoderno» que creía ver en el discurso de Ratisbona. Es cierto que este epígono del marxismo había dado muestras de acercamiento a la religión en un encuentro con el entonces cardenal Ratzinger en Múnich en enero de 2004, a propósito precisamente del atentado contra las Torres Gemelas. Razón y religión –concluyeron ambos– podían liberarse mutuamente de las respectivas patologías. Para Habermas sin embargo ahora la «razón secular» y la «razón teológica» podrán tener tan solo un acercamiento, un encuentro más bien casual y no demasiado profundo. Según el principal representante vivo de la Escuela de Fráncfort, en la religión había algo opaco a la razón. Entre razón y religión puede haber una cierta colaboración, pero nunca alcanzarán una misma verdad, sostenía. Se puede construir un puente, pero nunca recorrer un mismo camino. De nuevo la vieja Ilustración. Sin embargo, unos meses después en Roma, en marzo de este año, Habermas afirmaba que la tradición laica «podría aprender la razón secular al tomar conciencia de su relación genealógica con la herencia judeocristiana».

EL PAPA BENEDICTO XVI JUNTO AL ARZOBISPO ORTODOXO DE CHIPRE CHRYSOSTOMOS II DURANTE UNA AUDIENCIA EN EL VATICANO
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16/06/2007
VATICANO *** Local Caption *** 05011358
ACTION PRESS / AGF # 05011358 #
POPE BENEDICT XVI RECEIVES IN THE VATICAN THE ARCBISHOP OF CYPRUS CHRYSOSTOMOS II; JUNE 16th, 2007
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Benedicto XVI junto al arzobispo ortodoxo de Chipre Chrisostomos II, en el Vaticano. en Junio de 2007GTRES

Aquello lo tomaron algunos como un ataque al laicismo más laicista. Habermas insistió en que ««en un mundo pos–secular no podemos actuar tan fácilmente como si Dios no existiera». La propuesta del papa alemán en el discurso pronunciado en la universidad ratisboniana iba en esa misma línea, y es lo que Joseph Ratzinger sostuvo hace mucho tiempo. El cristianismo quiso aliarse desde los primeros momentos con la ciencia, la filosofía y el pensamiento. Hubiera sido más sencillo servirse del un trasfondo mítico y simbólico –por ejemplo– de las religiones orientales. Sin embargo, la religión cristiana apostó por lo más difícil: confrontarse con la razón y la filosofía paganas, con el pensamiento griego, con la «razón secular». Los primeros pensadores cristianos –como Justino, Ireneo o Agustín– vieron que cabe un entendimiento más profundo entre razón y religión. El papa Ratzinger ha recordado esta comprometida apuesta por parte del primer cristianismo a favor de la razón, a pesar de que algunos la consideraban entonces su peor enemiga. Se combatía el cristianismo también en los foros y en las aulas y, sin embargo, los intelectuales cristianos le plantaron cara y se supieron defender con fe y con razón. Fue esta una primera ilustración del cristianismo.

La posmodernidad nos ha hecho notar que los sueños de la razón moderna han producido también monstruos

Una Ilustración posmoderna

La segunda Ilustración fue la de la modernidad: la de Kant, Rousseau, Voltaire y tantos otros. No fue esta sin embargo una Ilustración muy cristiana. A pesar de todo, el papa alemán no duda en repetir el moto kantiano sapere aude!: atrévete a saber más. Sugiere además que esta victoria de la razón no debe ser una exclusiva del cristianismo. Dicho de otro modo: la verdad tiene derecho de ciudadanía en todas las religiones, en todas las culturas y en todos los campos del saber. La posmodernidad nos ha hecho notar que los sueños de la razón moderna han producido también monstruos. Auschwitz, Hiroshima, Chernobyl serían tan solo algunos nombres de ciertos desafortunados experimentos. Y la religión puede y debe decir algo al respecto. También los monjes de Birmania o del Tíbet que en estos días se manifiestaban por las calles de Myanmar y Lhasa pueden constituir un ejemplo del papel de la religión en la sociedad, a pesar de que los clérigos cristianos prefieran otros foros y sedes para defender sus ideas, que no son otras que la doctrina de Cristo.

Pope Benedict XVI seen, praying at the Western Wall, Judaism's holiest site in Jerusalem Old City, Tuesday, May 12, 2009. The Pope is on a five-day visit to Israel and the Palestinian Territories.

Benedicto XVI reza en le Muro de las Lamentaciones, el 12 de mayo de 2009.GTRES

La razón ha liberado a la religión de algunos errores, a la vez que esta podía ofrecer también interesantes pistas y curar a la razón de diversas patologías, habían convenido en su día Habermas y Ratzinger. Más adelante afirmaba el papa en Ratisbona que haría falta una nueva razón más abierta, una «razón ampliada». La propuesta de Benedicto XVI no constituía un acto pre- o antimoderno, sino más bien posmoderno, en el sentido más pleno de la expresión. Se trata de hacer alcanzar una nueva síntesis de la modernidad con las mejores aportaciones del cristianismo. Consiste en crear una «nueva Ilustración» que requiere a su vez de una nueva razón, que evite los errores cometidos por la razón moderna. Una razón abierta no solo al mundo del arte y de los sentimientos, sino también al inmenso panorama de las religiones y en especial de la fe cristiana.

Una nueva síntesis entre fe y razón que dé lugar a una Ilustración posmoderna. No es este por tanto un acto de nostalgia, sino una audaz mirada hacia el futuro. Esta reivindicación de la razón y de la verdad nos puede liberar de tiranías y fundamentalismos, todavía activos y amenazantes. Tal es la apuesta que Benedicto XVI hacía a una modernidad algo caduca y a esta posmodernidad ahora ya un poco menos enfática, al verse los derroteros que el mundo va tomando. La paz, la dignidad humana y el medio ambiente están amenazados en la actualidad, y una razón aliada con las religiones nos podrían librar de una posible catástrofe. Solo la verdad hace libres, y solo con la razón se puede alcanzar la paz y el respeto de la persona y del medio ambiente, afirmaba el papa-profesor en aquella mañana en Ratisbona. El debate sigue abierto: algunas religiones han asumido el reto y es entonces cuando el verdadero diálogo se podrá llevar a cabo. Tan solo necesitamos una nueva razón, que incluya y acoja la religión. Tal vez Benedicto XVI no fue un papa posmoderno, pero seguro que ha sido un papa para la posmodernidad.

  • Pablo Blanco Sarto es profesor titular de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra y autor de Joseph Ratzinger, una biografía y La teología de Joseph Ratzinger, entre otros.
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