La Policía de Roma tiembla pensando en donde quiere vivir Francisco cuando renuncie
El Papa asegura que por el momento no se plantea la renuncia; ahora bien, ya ha revelado dónde piensa vivir si llegara a darse esta posibilidad
El pontífice ha revelado dónde le gustaría vivir en caso de presentar su renuncia como Papa: una residencia para sacerdotes en pleno centro de Roma, donde se alojaba antes de ser elegido en el cónclave.
Tras el fallecimiento Benedicto XVI, el Papa Francisco asegura que por el momento no se plantea la renuncia; ahora bien, ya ha revelado dónde piensa vivir si llegara a darse esta posibilidad.
Es una de las revelaciones más curiosas que el mismo pontífice argentino ha hecho en la larga entrevista que acaba de conceder a la agencia AP.
En la entrevista, que más bien se trata de una conversación distendida, el obispo de Roma responde a la pregunta de qué piensa hacer cuando se retire.
La residencia de Jorge Bergoglio en Roma
«Bueno, yo soy obispo emérito de Roma, si renuncio, me voy a vivir a la casa del Clero de Roma, y punto», ha revelado el Pontífice.
Francisco se refiere a la casa del Clero en la que se alojaba cada vez que venía a Roma para participar en reuniones del Vaticano, antes de ser elegido Papa.
Se trata de la casa internacional Pablo VI, creada por Juan Pablo II en 1999 para ofrecer hospitalidad a eclesiásticos pertenecientes al personal diplomático de la Santa Sede o que prestan servicio en la Curia Romana, así como a cardenales, obispos y sacerdotes que acuden a Roma para visitar al Papa o participar en actos organizados por la Santa Sede.
Un papa que paga como buen cristiano
Estamos hablando de la residencia que Francisco visitó la mañana posterior a su elección como Papa, el 14 de marzo de 2013, donde se había hospedado durante los días previos al inicio del cónclave.
El papa quiso saldar personalmente los días que había dejado sin pagar, así como agradecer a los empleados de la casa las atenciones recibidas.
«Para nosotros sería una locura», afirman los agentes de Policía
«Estaba preocupado por dar un buen ejemplo de lo que sacerdotes y obispos deberían hacer», explicó el entonces portavoz vaticano, el padre Federico Lombardi.
A Francisco este edificio no solo le trae bellos recuerdos de su paso por Roma. El origen de la residencia está directamente ligado al fundador de su Congregación religiosa, la Compañía de Jesús. En este edificio, san Ignacio de Loyola estableció el Colegio Germánico en 1573, un seminario de formación de sacerdotes del Imperio germánico, que vivía la expansión de la Reforma protestante.
«Airbnb» para sacerdotes
En su página web, tan sobria como sus habitaciones, es posible hacerse una idea de sus servicios y precios: habitaciones de la Casa Pablo VI. Cuenta con tres salas de reuniones, una con frescos en el techo: salas de reunión. Entre los servicios más apreciados por sacerdotes y obispos, la capilla donde pueden celebrar misa diaria.
Hemos preguntado a un policía municipal de la ciudad de Roma, Antonio Martino, qué piensa de la posibilidad de que un Papa emérito pueda vivir en este edificio.
«Para nosotros sería una locura», explica, pues la residencia se encuentra a pocos pasos de Plaza Navona y del Panteón, junto a la iglesia de San Luis de los Franceses y sus cuadros de Caravaggio. «Nos encontramos, por tanto, en pleno flujo de ríos de turistas los doce meses del año».
El policía ya se imagina la algarabía de peregrinos tratando de ver al papa emérito, bloqueando el tráfico de las pequeñas calles que rodean a residencia.
«Ahora bien», añade Martino, «si se da el caso y esa es la voluntad del Papa, una vez más daremos pruebas de discreción, y trataremos de hacer que su vida sea serena, como ya hemos hecho tantas veces cuando el Papa deja el Vaticano».
No es momento de renuncia
El Papa ha confirmado en su entrevista a la agencia AP que por el momento no se plantea la posibilidad de la renuncia.
A pesar de sus achaques, considera: «Estoy bien de salud. Por la edad que tengo, estoy normal. Puedo morir mañana, pero vamos, está controlado. De salud estoy bien».
Ahora, la prioridad para esta nueva fase del pontificado, según Francisco, consiste en «continuar con ser obispo, obispo de Roma y en comunión con todos los obispos del mundo. Y dejar de ser un poder, dejar de ser una corte».