Revisar el celibato sacerdotal no aumentaría las vocaciones, asegura el Papa
El Papa Francisco considera que en un futuro la Iglesia católica de rito latino podría revisar la disciplina que establece el celibato sacerdotal obligatorio para los sacerdotes, pero cree que esto no implicará un aumento en el número de vocaciones al sacerdocio.
Así lo ha explicado al responder en una entrevista, concedida al servicio de información argentino Infobae, recordando que en las Iglesias católicas de rito oriental, en comunión con el Papa, varones casados tienen la posibilidad de ser ordenados sacerdotes.
No aumentaría el número de sacerdotes
El periodista Daniel Hadad le ha preguntado: «¿Usted imagina que la existencia de sacerdotes con la posibilidad de estar casados, como hay en otras iglesias, podría colaborar para que más gente se sume al sacerdocio?».
«No creo –le ha respondido Francisco–. De hecho, en la iglesia católica hay sacerdotes casados: todo el rito oriental es casado. Todo. Todo el rito oriental. Acá en la Curia tenemos uno –hoy mismo me lo crucé– que tiene su señora, su hijo».
Las Iglesias católicas de rito oriental, como son por ejemplo los greco-católicos de Ucrania y Rumanía, los maronitas de El Líbano, o los melquitas en Oriente Próximo, permiten a varones ya casados poder ordenarse sacerdotes, como sucede en la Iglesia católica de rito latino con los diáconos permanentes.
En esas Iglesias, al igual que sucede en las Iglesias ortodoxas (que no están en comunión con el Papa), se trata de una decisión opcional. Ahora bien, en esas iglesias, se ordenan obispos únicamente entre sacerdotes que hayan optado por el celibato.
En las iglesias orientales «ahí hacen una opción. Antes de la ordenación, la opción por casarse o por ser célibes», analiza el obispo de Roma.
No es un dogma de fe
Aclara, en su entrevista, que el celibato no es un dogma de fe, sino una disciplina eclesial: «no hay ninguna contradicción para que un sacerdote se pueda casar. El celibato en la iglesia occidental es una prescripción temporal: no sé si se resuelve de un modo o de otro, pero es provisoria en este sentido; no es eterna».
El celibato en la iglesia occidental es una prescripción temporal
El pontífice subraya que, según la teología católica, «la ordenación sacerdotal es para siempre, te guste o no te guste. Que dejes o no dejes es otro tema, pero es para siempre. En cambio, el celibato es una disciplina».
De hecho, los sacerdotes válidamente ordenados en la Iglesia católica pueden pedir una dispensa a la Santa Sede para dejar de ejercer el ministerio sacerdotal, pero desde el punto de vista teológico siguen siendo constitucionalmente sacerdotes.
Una decisión para el sucesor
En el libro-entrevista El Pastor, que acaban de publicar en Argentina sus dos biógrafos, Sergio Rubín y Francesca Ambrogetti, el Papa Francisco afirma que, aunque respeta la tradición de la Iglesia occidental del celibato obligatorio, cree que «en todo caso», un eventual cambio lo debería disponer, si así lo considera, su sucesor.
En ese libro ratifica que no considera que el celibato optativo sacerdotal sea la solución idónea para la crisis de vocaciones en la Iglesia. El problema es «cultural», opina: «los sacerdotes luteranos pueden estar casados, pero aún así no consiguen aumentar el número de ministros».
El celibato, «un don para la Iglesia»
Estas palabras del Papa confirman su posición desde el primer día de su pontificado. El 27 de enero de 2019, en una rueda de prensa concedida en un vuelo de Panamá a Roma, respondió a la misma pregunta de una periodista de Paris Match con estas palabras: «En el rito latino, me viene a la mente una frase de san Pablo VI: ‘Prefiero dar la vida antes que cambiar la ley del celibato’. Me ha venido a la mente y quiero decirla, porque es una frase valiente».
Prefiero dar la vida antes que cambiar la ley del celibato
«Esto es algo que están discutiendo los teólogos; pero no hay una decisión mía –concluía el Papa–. Mi decisión es: el celibato opcional antes del diaconado no. Es algo mío, personal; yo no lo haré, esto está claro. ¿Soy un ‘cerrado’? Tal vez, pero no me siento capaz de ponerme frente a Dios con esta decisión».