El Papa recibe al presidente de Brasil durante 45 minutos para hablar de «la paz en el mundo»

En la agenda del Papa Francisco para la tarde de este miércoles 21 de junio se encontraba la audiencia oficial con el presidente de Brasil, Lula da Silva, que ha llegado al Vaticano acompañado por su mujer, Rosângela «Janja» da Silva, y una comitiva de una quincena de coches que ha cruzado Vía de la Conciliación y la Plaza de San Pedro, para entrar en el Estado Pontificio por la Puerta de las Campanas.

La reunión entre ambos, que ha transcurrido a puerta cerrada en el despacho adyacente al aula Pablo VI del Vaticano –donde ayer mismo el Pontífice conversó con Miguel Díaz-Canel– ha durado 45 minutos. Según el mandatario brasileño ha avanzado en sus redes sociales, ha agradecido al Pontífice por la audiencia y por la «buena conversación sobre la paz en el mundo».

La Santa Sede ha informado de que durante el encuentro «se expresó agrado por las buenas relaciones» bilaterales, «subrayando la buena colaboración entre la Iglesia y el Estado para la promoción de los valores morales y del bien común».

«Se ha dado un positivo intercambio de puntos de vista sobre la situación socio-política de la región y se han detenido a abordar algunos temas de interés común, como la promoción de la paz y de la reconciliación, la lucha contra la pobreza y las desigualdades, el respeto por las poblaciones indígenas y la protección del medioambiente», se lee en un escueto comunicado.

El equipo de Lula da Silva ya había informado de los temas que el presidente quería tratar con Francisco: la lucha contra el hambre y algunas iniciativas para acabar con la guerra en Ucrania. La propuesta del mandatario brasileño pasa por crear un grupo de países que pueda ejercer una mediación y llevar a Kiev y a Moscú a una mesa de negociaciones.

Lula ha aprovechado la ocasión para invitar a Francisco a volver a visitar el país., donde ya estuvo con motivo de la JMJ de Río de Janeiro en 2013, y asistir a la fiesta de Nuestra Señora de Nazaret el próximo otoño.

Tras conversar, el encuentro ha proseguido con el tradicional intercambio de regalos. Lula da Silva, a quien el Papa argentino escribió cuando estuvo preso, ha regalado al Pontífice un gravado de la Sagrada Familia del artista de Pernambuco J.F Borges. Mientras que la primera dama, Rosângela «Janja» da Silva, ha obsequiado a Francisco con una estatua de Nuestra Señora de Nazaret de Belém.

Por su parte, el Santo Padre le ha entregado su Mensaje de la Paz de 2023, el Documento sobre la Fraternidad Humana, y el libro sobre la Statio Orbis del 27 marzo 2020, cuando rezó por el final de la pandemia en una plaza de San Pedro desierta. Les ha regalado también un bajorrelieve en bronce titulado La paz es una flor frágil.

Después de este encuentro se ha reunido también con el cardenal venezolano Edgar Peña Parra, sustituto para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, pues el secretario Pietro Parolin se encuentra fuera de Roma de viaje.

Después abandonará el Vaticano para verse con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, con la que se encontrará a las 17:00 hora local en el romano palacio Chigi, la sede del Ejecutivo italiano. Y con el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, un antiguo amigo que incluso lo visitó en 2018, cuando el actual mandatario brasileño estaba preso debido a unos juicios por corrupción luego anulados por la Justicia. Mañana tiene previsto volar a París.