El Papa conversa con Díaz-Canel durante 40 minutos: «Me encanta que haya venido»
A pocos metros del lugar donde la reunión entre Francisco y Díaz-Canel estaba teniendo lugar, una decena de manifestantes protestaban contra de la represión política, el exilio forzado y de la legitimación del Vaticano del Gobierno de Díaz-Canel
El Papa Francisco se ha reunido en el Vaticano con Miguel Díaz-Canel. La discusión ha tenido lugar en la Secretaría de Estado, fue cordial y duró 40 minutos. Los dos líderes se han detenido en la «importancia de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Cuba, evocando la histórica visita de san Juan Pablo II en 1998, de la que se celebra el 25 aniversario», se lee en una nota del Vaticano.
Con esta visita, Francisco ha querido «prolongar» y «reforzar» el sentido de aquella histórica confrontación, la primera de un Papa en Cuba. En aquella ocasión hubo un diálogo abierto y franco entre Wojtyla y Fidel Castro, que el pontífice resumió en una invitación a Fidel: «Que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba». Se rumorea que el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, futuro Papa Francisco, gracias a sus contactos personales, fue un «facilitador» de aquel histórico viaje.
Fue el inicio de unas nuevas relaciones diplomáticas entre ambos países, que culminaron con la mediación del Vaticano en la resolución del embargo entre la isla caribeña y Estados Unidos en 2016 y los dos desembarcos del Papa Francisco en septiembre de 2015 (viaje apostólico) y febrero de 2016 (encuentro con el Patriarca ortodoxo Cirilo).
También por su «conexión humana» con Cuba, Francisco, desde el inicio de su Pontificado, ha puesto en conocimiento de la Secretaría de Estado vaticana las relaciones con el Gobierno de la isla, primero con Raúl Castro, hermano de Fidel, fallecido en 2018, y después con Díaz-Canel. Y en la reunión de hoy reforzó su estrategia diplomática al hablar con el presidente cubano de «algunos temas internacionales de interés mutuo». Francisco y Díaz-Canel, reza la nota vaticana, «subrayaron la importancia de mantener el compromiso de promover siempre el bien común».
Este empuje diplomático del Papa se tradujo también en un mensaje apaciguador en nombre de los católicos de Cuba, un pueblo en continuo crecimiento. El Pontífice y el presidente «se detuvieron en la situación del país y en la contribución que ofrece la Iglesia, especialmente en el campo de la caridad». En Cuba actúan proyectos de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada y de otras importantes organizaciones vinculadas al Vaticano. En 2019 se inauguró una nueva iglesia católica, la primera desde la revolución socialista castrista de 1959.
En cada encuentro con el Gobierno cubano, el Papa Francisco siempre ha querido recordar esta «cercanía» de la Iglesia católica para llegar al pueblo cubano. Así, el pasado mes de enero, en una carta, Bergoglio invitó a los cubanos a «caminar juntos en la fe» para construir un «futuro cada vez más digno y cada vez más libre», recordando el 25 aniversario de la visita de Wojtyla.
Este compromiso de la Iglesia en Cuba también fue profundizado por el presidente cubano, hoy, en un encuentro posterior con el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, y con monseñor Daniel Pacho, subsecretario para el Sector Multilateral de la Sección para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales.
La cordialidad entre el Papa Francisco y Díaz-Canel se reflejó también simbólicamente en los regalos que intercambiaron al final del diálogo, que duró 40 minutos.
El Papa regaló a Díaz-Canel una obra de bronce que representa una paloma portando un ramo de olivo, con la inscripción «Sed mensajeros de la paz». Entre los regalos también se encontraban el «Mensaje por la Paz» de este año, el Documento sobre la fraternidad humana y el libro sobre la Statio Orbis del 27 de marzo de 2020, editado por la LEV.
Todos los regalos del Pontífice tienen un hilo conductor: ser «portadores» de paz y fraternidad aunque los mundos estén «muy alejados». No son regalos casuales, que idealmente «prolongan» lo dicho durante la confrontación.
El Presidente de Cuba, que dijo «alegrarse» por la salud del Santo Padre, le regaló una escultura en plata, bronce y madera, titulada El lector y dos volúmenes de poetas cubanos: Las miradas perdidas, de Fina García Marruz y, sobre todo, La luz del imposible, de Cintio Vitier, intelectual católico más tarde cercano al castrismo, que teorizó los cambios y el crecimiento socio-espiritual de la isla caribeña tras la Revolución de Fidel.
Mientras el encuentro tenía lugar en el interior del Vaticano, a pocos metros una decena de manifestantes cubanos afincados en Italia han protestado en contra del recibimiento del Papa. Envueltos en la bandera de Cuba y al ritmo de la música del país los opositores al régimen comunista gritaron consignas en contra de la represión política, del exilio forzado y de la legitimación del Vaticano del Gobierno de Díaz-Canel.