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El Papa Francisco ayer presidiendo el rezo del Ángelus en el VaticanoEFE

El Papa expresa en el Ángelus su preocupación por Venezuela

El Pontífice instó a los fieles a no olvidarse de que lo poco que pueden dar, Dios lo puede transformar en beneficio para todos

la Plaza de San Pedro, en Roma, volvió a acoger el pasado domingo, 4 de agosto, a cientos de peregrinos y fieles que acudieron a escuchar en boca del Santo Padre el tradicional rezo del Ángelus.

En su reflexión previa Francisco indicó que, «las cosas materiales no llenan la vida: solo el amor lo puede hacer». Este comentario lo relacionó con el Evangelio del día, en el que Jesús invita a las multitudes a reflexionar sobre el milagro de los panes y los peces: «Ellos no lo entendieron: confundieron a Jesús con una especie de prestidigitador, y volvieron a buscarlo, esperando que repitiera el prodigio como si fuera magia»

Por ello, el Papa Francisco apuntó a reflexionar sobre dos temas: el primero es que «el verdadero pan, en definitiva, era y es Jesús, su Hijo amado hecho hombre». La segunda consideración fue que «si alguien da a los demás lo que tiene, con la ayuda de Dios, incluso con poco, todos puede tener algo», aludiendo al hecho de que el milagro de la multiplicación había sido posible gracias a la generosidad de un hombre que dio lo poco que tenía.

«Venezuela vive una situación crítica»

Después del rezo del Ángelus, el Santo Padre apeló a la oración de los fieles por diversos países del mundo que sufren crisis, guerras y desastres naturales. Recordó a Oriente Medio, para que «el conflicto, que ya es terriblemente sangriento y violento, no se extienda todavía más»: «¡Basta, hermanos y hermanas! ¡Basta ya!», enfatizó el Papa.

Igualmente, expresó su preocupación por Venezuela, «que está viviendo una situación crítica». Hizo un llamamiento a las autoridades «para que busquen la verdad, practiquen la moderación, eviten toda clase de violencia, resuelvan las disputas con el diálogo y se preocupen por el verdadero bien del pueblo y no por los intereses partidistas».

También recordó la beatificación del Patriarca Stefano Douayhy que tuvo lugar el pasado viernes, en Líbano. El beato guio con sabiduría la Iglesia maronita desde 1670 hasta 1704, época difícil marcada también por las persecuciones: «Que el nuevo beato sostenga la fe y la esperanza de la Iglesia en Líbano, e interceda por este amado país», manifestó Francisco.

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