Francisco lamenta que la guerra en Oriente Medio «se extienda hasta incendiar toda la región»

El Papa Francisco ha recibido en audiencia a los miembros de la Conferencia Episcopal Latina de las Regiones Árabes (CELRA), que se encuentran en Roma para celebrar su Asamblea plenaria. Este organismo está compuesto por los obispos de diversas regiones, incluyendo Israel, Palestina, Siria, Egipto, Irak, Líbano, Jordania, Chipre, Yibuti, Somalia, y los países de la Península Arábiga.

Durante la reunión, Francisco optó por entregarles el discurso que había preparado y, en cambio, dedicó tiempo a escuchar personalmente las preocupaciones de los obispos. El actual presidente de la CELRA es el patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa. En el texto entregado, el Papa subraya la delicada situación en Oriente Medio, describiéndola como un momento de «fortísima tensión». Lamentó que, en lugar de encontrar soluciones justas, «el conflicto parece hacerse crónico, con el riesgo de que se extienda hasta incendiar toda la región».

El Papa también expresó su preocupación por el incremento de sentimientos de odio y venganza en la región, señalando que esto «prepara el terreno para nuevas tragedias». Ante este panorama, instó a los obispos a mantener la esperanza y a permanecer en esas tierras, destacando la importancia de su presencia como un llamado «a la razón, a la reconciliación, a superar con buena voluntad divisiones y enemistades estratificadas y endurecidas a lo largo del tiempo, cada vez más inextricables». Francisco agradeció a los obispos su labor, reconociendo su esfuerzo por ser «la llama de la esperanza allí donde parece extinguirse».

Finalmente, el Pontífice les exhortó a continuar siendo defensores de la formación cristiana en las escuelas públicas, especialmente en aquellos lugares donde los cristianos son una minoría, y donde su presencia es fundamental para mantener viva la fe y la enseñanza cristiana: «Esta formación es de gran importancia, para que los contenidos de la fe sean conocidos y acompañados por la reflexión, y para que la fe [...] se fortalezca y tenga los medios de dar razón para la esperanza cristiana», concluyó el Santo Padre.