La Santa Sede insiste en la «máxima urgencia» de prohibir las armas letales

La Santa Sede ha hecho un llamado urgente para la prohibición de las «armas autónomas letales» y ha pedido una moratoria inmediata sobre su desarrollo y uso. En una intervención durante la segunda sesión del Grupo de Expertos Gubernamentales (GGE) 2024 en Ginebra, el arzobispo Ettore Balestrero, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, destacó la necesidad de establecer un marco jurídico sólido y vinculante que prohíba estas armas, subrayando que ningún sistema dirigido por Inteligencia Artificial debería tener la capacidad de decidir sobre la vida humana. «Es de la máxima urgencia dotarse de un sólido instrumento jurídicamente vinculante» que prohíba estas armas, afirmó Balestrero, insistiendo en la necesidad de «establecer una moratoria inmediata sobre su desarrollo y uso».

En su discurso, Balestrero recordó las palabras del Papa Francisco durante el G7, quien instó a los líderes mundiales a reconsiderar el uso de estas tecnologías, enfatizando que las máquinas no poseen la capacidad de juicio moral que sí tiene el ser humano. Citando al Pontífice, subrayó que «ninguna máquina debería optar jamás por quitar la vida a un ser humano», y agregó que los campos de batalla actuales «se están convirtiendo también en campos de pruebas para armas cada vez más sofisticadas». Balestrero destacó la importancia de introducir «un control humano cada vez más adecuado» en el uso de estas tecnologías.

Para la Santa Sede, la responsabilidad moral y la toma de decisiones éticas no pueden delegarse a algoritmos, por complejos que sean. Por tanto, es crucial mantener un control humano adecuado en el uso de la Inteligencia Artificial, no solo para garantizar la eficacia de las decisiones, sino también para salvaguardar la dignidad humana. Parafraseando al Pontífice, Balestrero hizo énfasis en la diferencia entre «elección» y «decisión», recordando que, mientras las máquinas se limitan a hacer elecciones técnicas, el ser humano «no solo elige, sino que en su corazón es capaz de decidir». Esta capacidad humana, dijo, es esencial para asegurar que las decisiones consideren «los valores en juego y los deberes que conllevan».

Además, Balestrero resaltó la creciente preocupación mundial por las implicaciones éticas del uso de la inteligencia artificial como arma, recordando que el progreso tecnológico debe estar al servicio del bien común y del desarrollo humano integral, como se señala en la encíclica Laudato si' del Papa Francisco. La Santa Sede insiste en que el desarrollo de armas cada vez más sofisticadas no es la solución y aboga por un enfoque que privilegie la ética y los valores en el avance tecnológico.