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El Papa Francisco durante su audiencia con los capuchinos

El Papa Francisco durante su audiencia con los capuchinos el pasado sábado 31 de agostoVatican News

«Perdón, Señor, he perdonado demasiado... ¡Pero fuiste Tú quien me dio un mal ejemplo!»

El Papa Francisco se reunió el pasado sábado, 31 de agosto, con los Frailes Menores Capuchinos, a los que elogió por ser buenos confesores

El Papa Francisco instó a los Frailes Menores Capuchinos a ser hombres de paz y cercanos a los pobres, en un discurso pronunciado el sábado 31 de agosto, durante una audiencia con los participantes en el LXXXVI Capítulo General de la Orden. El Pontífice subrayó la importancia de tres pilares fundamentales de la espiritualidad franciscana: «la fraternidad, la disponibilidad y el compromiso con la paz», alentando a los frailes a perseverar en su misión con confianza y esperanza.

En su discurso, el Papa Francisco elogió con naturalidad a los capuchinos por su habilidad como «buenos confesores», una cualidad que él mismo experimentó en Argentina. Recordó que el año pasado nombró cardenal a quien fue su confesor, Luis Pascual Dri. Al referirse a él, el Papa compartió una anécdota sobre cómo Dri le confesó que a veces sentía escrúpulos por perdonar demasiado, pero que siempre lo hacía. Un día, se presentó ante el Señor en la capilla y le pidió disculpas: «Perdón, Señor, he perdonado demasiado... ¡Pero fuiste Tú quien me dio un mal ejemplo!».

«Sin formación no hay futuro»

Durante el encuentro, Francisco destacó que el Capítulo General es una oportunidad extraordinaria para compartir las «cosas maravillosas» que Dios sigue obrando a través de los frailes en todo el mundo. «Espero que, mientras agradecen a Dios por el desarrollo de la Orden, aprovechen este momento para preguntarse sobre lo que les pide el Señor», afirmó.

En su discurso, el Papa enfatizó la importancia de la fraternidad, instando a los frailes a reconocerse como «hermanos elegidos, reunidos y acompañados por la caridad providente del Padre». Subrayó que el centro de la vida de la Orden debe ser siempre las personas, y no los recursos económicos o cálculos humanos: «Por lo tanto, ustedes no se han reunido para optimizar - como lamentablemente escuchamos a veces - los ‘recursos humanos’ de la Orden, ni para mejorar sus prestaciones o conservar sus estructuras». Así, les invitó a «reconocerse en la fe» y les resaltó la necesidad de mantener una atención constante en la formación de los frailes: «Sin formación no hay futuro», advirtió.

El Pontífice también elogió la disponibilidad de los Capuchinos para ir donde nadie quiere ir, y los animó a continuar siendo un signo de esperanza en un mundo marcado por «conflictos y cerrazones». Por último, Francisco les recordó su vocación como «pacificadores», destacando que, al igual que san Francisco, deben estar cerca de los pobres y excluidos, promoviendo la reconciliación y la paz en todas las circunstancias. «Es la fe la que los convierte en instrumentos de paz en manos de Dios», concluyó.

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